Este país tan nuestro y tan de nadie, forjado con la furia de la piedra y lluvia…”
Donostia y sus luces, sus colores… a veces casi imposibles y casi imposibles. Impresionante efectismo de luces, matices y sensaciones para todos los sentidos…
Donde el cielo, la tierra y chaquetas de montaña el agua se unen… Donostia.
Un poco de historia, sobre Tolosa, capital de la Diputación foral de Guipuzkoa, hasta 1854…
Durante el Antiguo Régimen no existió una capital en Gipuzkoa, ya que el sistema foral había establecido que la Diputación se fuera turnando entre las denominadas cuatro villas de tanda, Donostia, Tolosa, Azpeitia y Azkoitia. En el siglo XIX, cada vez que el liberalismo triunfaba y establecía un sistema provincial siguiendo el modelo francés de departamentos, Donostia se convertía en la capital; pero, tras el restablecimiento foral de 1844, la enemistad de la oligarquía provincial con la burguesía progresista donostiarra llevó a establecer la Diputación, y con ella la capitalidad, en Tolosa.
La lucha por la capitalidad, pues, fue una muestra más de las tensiones entre los notables rurales, defensores del sistema foral, y la burguesía donostiarra, favorable a la instauración del sistema liberal. Durante la Francesada, las nuevas autoridades napoleónicas convirtieron a San Sebastián en la capital del Gobierno de Vizcaya”, que comprendía, además del territorio de mismo nombre, Gipuzkoa y Álava. La restauración absolutista volvió a restablecer el sistema foral. Durante el Trienio Liberal, Tolosa se impuso como sede de la Diputación mientras se aprobaba la nueva división territorial. Sin embargo, a su aprobación, en enero de 1822, San Sebastián fue nombrada capital de Gipuzkoa. Esta capitalidad duró un año, puesto que con la nueva restauración absolutista se volvió al sistema de villas de tanda.
Vista de Tolosa
Las luchas entre moderados y progresistas en el gobierno español eran decisivas a la hora de dilucidar en qué población se establecía la capital. Durante la Regencia de Espartero (1841-43), el gobierno progresista se posicionó a favor de las tesis donostiarras; pero la oposición de la Diputación impidió que se tomara la decisión definitiva. Con la llegada de los moderados al poder en 1844, un decreto estableció la capitalidad de Gipuzkoa en Tolosa, muestra de que los notables rurales habían recuperado su influencia en el poder provincial. San Sebastián tuvo que esperar hasta 1854 para que, con la llegada al poder de los progresistas, se estableciera definitivamente la capitalidad en la ciudad costera.
, también, para excursiones y visitas
Esta de aquí es una invitación a olvidarse del tiempo, a pasear por el casco histórico de la población y disfrutar de las terrazas, de los olores, de las sensaciones para los sentidos, intensas e indelebles en quien visita este espacio, casi de cuento.
Es momento de olvidar el reloj, pasear por sus calles de sabor marinero de dejarse llevar entre la arquitectura d esu calles medievales y de escuchar la historia de la ciudad, al través del silencio de sus murallas.
Isla de Gaztelugatxe. iker
A los pies del Txindoki.
Amboto. iker T.
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