Ropa de Montaña y Senderismo

Dílar Silleta Del Padul Senderos Y Rutas Por Granada

Excursión realizada el día 1 de mayo 2016.
Se trata de un trayecto de dificultad media que da comienzo y finaliza en el pueblo de Dílar, Granada. La distancia cubierta se situó en torno a los 20 km.
Se trata de un recorrido bastante bien señalizado en el que lo único que puede despistar al principio es la salida en dirección sur. El buen día que nos hizo y la cada vez más evidente llegada de la primavera nos permitió disfrutar de una excursión agradable y vislumbrar numerosa flora, nada más salir de la zona de olivares y el posterior campo de trigo verde intenso.
A la salida del pueblo, Castillo del Marqués de Dílar (S. XIX). Se toma el camino de la derecha
Cartel indicador. Nosotros seguimos el sendero de Cuevas de los Bufaos
El grupo se dispersa, cosa rarísima
Los cereales verdes nos rodean según avanzamos…
… para dar paso a las tienda de montaña flores silvestres
Flores de espino albar (crataegnus monogyna)
La flora de la zona es riquísima y nos detiene a cada momento el deseo de contemplar los especímenes y comentar con los botánicos del grupo (especialmente Mª. Victoria) el nombre y variedad de cada una. El elenco, incompleto, incluye: dientes de león, barbas de chivo (tragopogon), jaras de flor rosa y blanca, tulipanes y orquídeas silvestres, rucas (eruca vesicaria), almorta de monte (lathyrus cicera), peonías, jopos, piornos, nazarenos (muscari neglectum), iberis, ranúnculos, amapolas…
Rucas (eruca vesicaria)
Orquídeas silvestres
También dejamos a los bordes del camino algunos almendros, encinas y pinos
Después de una subida pronunciada se alcanza el primer hito de la excursión: la silleta del Padul, desde la que se ofrecen unas vistas que abarcan larguísimas distancias en dirección norte y sur, como si se desplegara un mapa topográfico en el que no es difícil determinar qué pueblo es cada uno de los que alfombra el paisaje.
Parte de nuestra comitiva junto al vértice geodésico
Más tarde nos desplazamos hasta la piedra ventana, espectacular accidente del terreno en el que el hueco horadado en una piedra crea un enmarcado mirador.
Algunos valientes posan en el borde de la piedra ventana
Desde aquí desandamos unos metros y retornamos al camino que nos lleva hacia la Ermita Vieja de Dílar.
Al llegar allí hicimos una parada para comer, descansar y si nos descuidamos, echar una cabezadita. El lugar y el tiempo invitaban a ello. No obstante nos levantamos y continuamos en dirección a la Ermita Nueva y finalmente hasta alcanzar nuestra meta, el pueblo de Dílar.
Una vez más aprovecho para dar las gracias, por poner a mi disposición sus fotos, a Padial, Rafael, Mª Victoria y Pedro. También a Mª Victoria por ayudarme a identificar cada planta.
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