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Texto de la charla en las I XORNADAS DE HISTORIA LOCAL del Concello de Ourol
Lo primero sería explicar a que llamamos Camino Real y para eso la mejor definición es la del Diccionario de Autoridades, el primero elaborado por la Actual Academia de la Lengua, terminado en 1739: Se llama el más ancho, principal, fácil y cursado de los pasajeros, y el mas público: y por eso tienen obligación las Justicias de tenerle llano, y compuesto, y en partes empedrado. Llámase Real, porque es público, guía a parajes grandes, y se camina por él con más conveniencia. También cuenta que antiguamente se le llamó Camino Caudal, que Caminos Carreteros son aquellos más anchos, largos y seguros, por donde circulaban carros, coches y calesas, y que Camino de Herradura es el que llevaba más brevemente a los lugares y sólo period practicable para caballerías.
La versión gallega de los caminos carreteros, más bien escasos y estrechos en Galicia, serían las Carreiras” y Corredoiras”. Aquí casi todo el transporte antiguo de bienes y personas, que no se hacía por mar, iba a lomos de caballos y de mulas, sobre los mismos viajeros que iban a pie. Los libros de caminos de España del siglo XVIII terminaban en el Bierzo, a las puertas de Galicia, aquellas veredas por las cuales podían circular carruajes.
No obstante, las calzadas más antiguas tuvieron en muchos tramos el ancho de dos carros, aunque se fuera perdiendo con los siglos…
Ourol no ha sido una excepción y hasta 1860, cuando casi estaba terminada la carretera Cabreiros-Viveiro a su paso por el municipio la mayor parte de los caminos eran de herradura, con la salvedad del camino real de Viveiro a Santiago, Lugo, Coruña y Betanzos. En una Memoria de 1861 se mencionan los siguientes lugares en la nueva carretera, contando los km. desde Cabreiros: Requeixo (km. 21 i ), Viso (km. 22), As Ucheiras (km. 22,6), Candedo (km. 25,3), Abeledo (km. 26), Mosende (km. 26,5), A Casabella (km. 27), Os Colviños (km. 27,7), Alboyo (A Rega, km. 29,three), Castelo ( Mesón, km. 30,5), Borreiros (km. 33) y Agro (km. 34,1). En un Itinerario Militar del 1866 ii salen ya otras poblaciones: Vilares, Cargadoiro, Pousada, Cerdido, Barces, Cabalar. También menciona el itinerario de Merille a Baamonde, por Xerdiz, Viveiró y A Balsa. En el mapa de Fontán de la primera mitad del siglo XIX, en el cual no figura todavía la carretera, el Camino Real tenía una variante que desde Merille pasaba por Grandal, Xerdiz, Campo da Cruz y de allí a Feira do Viveiró y A Balsa, que es sin duda la que menciona el Itinerario Militar.
Antes de esa primera carretera, para los viajes de largo recorrido no quedaba más remedio que usar los Caminos Reales, aunque se utilizasen atajos en aquellas épocas del año que el clima lo permitía. Pero, ¿cuál es el origen de esos caminos principales? Hay una vieja leyenda de Muras, con versiones en otras partes, que nos habla de tres fuentes, hijas del dios del Mar, a quienes su padre prometió un premio a la primera de ellas que llegase junto a él. Las fuentes eran las del Eume, del Sor y del Landro, y se pusieron de acuerdo de echarse a dormir y luego salir juntas al amanecer a buscar a su padre en diferentes direcciones. Pero la primera que despertó fue la del Landro y salió sin avisar a sus hermanas. Primero despacio y sin hacer ruido atravesando el valle de Viveiró, pero
cuando pensó que no podría ser escuchada aceleró el paso rompiendo los montes por Silán, Xerdiz, Miñotos y Merille hasta que llego a Chavín. Convencida de que ganaba se echó a descansar, pero lo que no sabía period que cuando aún iba por el Viveiró, su hermana la fuente del Sor se había despertado. Y muy enfadada, pero sin avisar a la que seguía durmiendo, salió con furia hacia el Norte rompió montes y creó el cauce encajado que conocemos hoy, hasta que llegó a Ribeiras do Sor y, sintiéndose ganadora, también se echó a descansar. Pero poco después de salir ella había despertado la fuente del Eume, que al verse traicionada por sus dos hermanas, marchó hacia el Oeste con una cólera gigantesca atravesando A Balsa en un santiamén, rompiendo la falda de la montaña de Goía y sin pararse a descansar atravesó Muras y As Pontes y se tiró montañas abajo hasta que consiguió llegar al Mar la primera. Y termina la leyenda con la concesión del dios del Mar de un tributo anual de una vida humana a ésta hija, por eso se decía que todos los años moría ahogada una persona en el Eume.
Este cuento podría ser de época romántica si no fuese por el tributo de sangre que se le concede a la ganadora. Me atrevería a decir que puede provenir de muchos siglos atrás y, en todo caso es interesante por varias razones. Lo primero que nos muestra es a un autor poeta, un comerciante, un soldado, acaso un bardo errante. La segunda es que sabía geografía, pues describe bastante bien como son los cursos de los tres ríos. ¿Y cómo podría saber geografía en la antigüedad, sin libros ni mapas? Pues viajando por la parte alta de las sierras desde donde se veía, y aún se ve hoy cuando no tapan los árboles, todo el relieve y el trazado de los ríos.
Pensamos que los antiguos de hay 10.000 años para acá no pensaban mucho, pero nos equivocamos. Sus cerebros eran como los nuestros y, aunque su técnica fuese muy primitiva, sabían observar y resolver los problemas con los que se encontraban. Las primeras tribus del Neolítico, nómadas seguramente, que construyeron las mámoas” modias”, túmulos para enterrar a sus muertos, seguramente siguieron por las cumbres los senderos que habían abierto antes las manadas de caballos y las de lobos. Seguro que buscaron la forma de mejorar los trazados para hacerlos más prácticos para sus desplazamientos, con vados rudimentarios en los riachuelos y evitando descender a zonas bajas donde estaban las fragas y los ríos más caudalosos. Pues la ventaja de viajar por las partes altas de las sierras era no sólo por los pastos, sino estratégica: verían mejor
la llegada de enemigos de manadas de lobos que atacasen a su ganado.
Posiblemente, aunque no es fácil saberlo, de nómadas pasaron a ser trashumantes, bajando a las zonas llanas en invierno y volviendo a las montañas con la primavera, por los caminos y cañadas que habían utilizado, construido mejorado. Si eran capaces de construir túmulos con grandes y pesadas losas de piedra, también lo serían de hacer pequeños puentes en las nacientes de aquellos riachuelos que estorbasen en su camino, de crear con piedras pequeñas represas que sirvieran de vados para cruzarlos. Tanto en el Neolítico como en la llamada Edad del Bronce (particularmente importante en Galicia durante la cultura del Bronce Atlántico) esas veredas se usaron y acaso se mejoraron dentro de las capacidades locales de la época.
En la época posterior, con la llegada de los constructores de los castros, seguramente los viejos caminos siguieron ropa de montaña utilizándose, aunque se hicieran pequeñas veredas, ramales de castro a castro, hasta que llegó Roma.
La conquista romana fue más lenta, sobre todo en el norte, de lo que contaban con la llegada de Cesar a Brigantia… Las guerras llamadas cántabras afectaron al norte de Galicia y por esa razón ahora se pueden encontrar en zonas montañosas las huellas de los Castra Aestiva, los campamentos de verano de las legiones en guerra, pues ésta se hacía principalmente en época estival. Al menos dos de ellos se encuentran cerca del Xistral y del Cadramón , y otros dos posibles podrían haber estado en Corralvello y en A Veiga das Moles, aunque no es fácil de saber sin un estudio arqueológico.
El relieve del Norte de Galicia está formado por un conjunto de sierras de Sur a Norte, alternas con las cuencas de los ríos, y atravesadas en su parte Sur por un conjunto de pequeñas sierras que separan las cuencas del Eume y del Miño, de las del Sor y del Landro. Por unas y por otras se encuentran los caminos más antiguos entrelazados, tanto
que teóricamente una persona puede cabalgar desde Mondoñedo a Deveso, en As Pontes, sin tener que cruzar ningún puente ni río principal si siguiese esos caminos. Pues esas rutas fue las que utilizó Roma para penetrar y dominar estos territorios y, varias de
ellas se convirtieron mejoradas en los primitivos Caminos Reales. También durante la época romana tardía hubo lugares donde se establecieron pequeñas guarniciones de tropas auxiliares cuya misión period vigilar, controlar y proteger un tramo de vía: los Burgos. En la zona norte tenemos Burgo en Muras, Burgo en Ortigueira, Burgo en Chavín, Burgo y Burgueiros en Vilacampa y Burgo en Oirán, todos en las rutas de caminos antiguos.
En el caso de Ourol, por lo alto de las sierras, tenemos de Este a Oeste, el camino que venía por el Campo da Cruz, subía hasta la parte alta de la sierra de Vilachá por Chao do Garamallo y después descendía hasta Xerdiz, por Rego das Varas, Vilacimas, Anxeriz y Porto do Mendo.
Después, el que desde Viso y desde Penabade iba por Milleiro y bajaba al Chao da Roca, Grandal y Gromedoiro.
El que desde Sebrán subía bordeando la cumbre de Couteiro por el Oeste y luego bajaba por cerca de Leborada hasta el Pousadoiro.
El que desde Sebrán, pasando por el Sisto y subiendo por Montalén hasta a Veiga das Moles, bajaba hasta Os Callós a unirse a otro que venía de Ambosores hasta Cabanas y Riobarba.
Las legiones romanas, en los momentos de paz, eran utilizadas en la construcción de calzadas, puentes, acueductos, and many others. Una de esas épocas en Galicia fue a finales del siglo II y comienzos del siglo III, y posiblemente se mejoraron las comunicaciones en la parte Norte y, acaso se construyese ya alguna calzada a altitud inferior a la de las antiguas, al estar ya poblados algunos valles y ser los propietarios de las Villae” ciudadanos romanos, incluso antiguos legionarios a los que se las habían concedido tierras.
Todo el mundo se imagina las vías romanas con un empedrado perfecto como la de la Vía Apia entrando en Roma, pero los ingenieros romanos eran eminentemente prácticos, de ahí que el empedrado se usase nada más que cuando era necesario, siendo la construcción te tipo más sencillo en terrenos firmes. En zonas pantanosas solían clavar troncos en vertical en el fango y sobre ellos tendían vigas y un entarimado de madera sobre el cual construían la calzada como si fuera sobre suelo firme, quedando el armazón de madera sumergido en el fango. Aún existen calzadas construidas así en los Países Bajos.
Además, hay que tener en cuenta que el presupuesto para las calzadas secundarias sería mucho menor que para las principales, pero eso no impide que en tramos pequeños, concretos y necesarios, se empleasen también aquí los métodos de más gasto. Empedrar un vado de un río, en diagonal a la corriente para minimizar su empuje, parece que podrían haberlo hecho en Ambosores al lado del puente de Rodas. Construir pequeños puentes de madera sobre pilastras de piedra seguro que también, al menos en aquellos lugares en que el camino principal tenía forzosamente que cruzar un río.
Un hecho que se suele olvidar es que siempre que el relieve lo permitiese, el camino seguía una línea recta imaginaria entre el punto de origen y el de destino. Si había que desviarse, luego se retomaba esa dirección recta aunque tuviesen que subir y bajar cuestas para mantenerla. También se suelen olvidar las antiguas fuentes que existían a lo largo de los caminos muy cerca de ellos y que son importantes a la hora de elegir entre dos trazados si tenemos dudas de cual period el principal.
En época Romana y ya en los comienzos de la Edad Media, las primeras poblaciones repoblaciones se encuentran cerca de estos caminos reales primitivos. Topónimos como Buriz, Loibán, Sindín, Requián, Rexulfe, Anxeriz, Xerdiz, Ourol, Merille, etc. proceden de los nombres de posesores” de las tierras; seguramente donde tenían su residencia. Otros como Besteburiz Besterrexulfe hacen mención a explotaciones ganaderas de la Alta Edad Media, los Bustos (cuyos propietarios serían en este caso Buriz y Rexulfe), que se componían al menos de un toro y de un cierto número de vacas, y los lugares eran ricos en pastos de regadío.
Las población fue ocupando las tierras cada vez más abajo hasta el fondo de los valles y con el tiempo algunos caminos reales se desplazaron también a zonas de menor altitud y se construyeron puentes cuando era necesario por el caudal de los ríos y la importancia del camino. Así pasa con parte del Camino Real que atraviesa el Concello de Ourol de Norte a Sur, quedando marginados aquellos tramos más difíciles de las antiguas vías.
Por otra parte, en zonas donde había que cruzar un río y el camino tenía que descender por mucha pendiente, desde el tiempo de los romanos se recurría a los codos”, al trazado en zigzag para evitar que despeñasen los carros los animales cargados. Este tipo de trazado se ve aún hoy en varios lugares como el descenso del camino que venía de la Xestosa y que baja desde Sanxillao hasta unirse al que pasaba por el puente de la Cascuda y por Fraga.
En otras ocasiones una montaña solitaria podía convertirse en un obstáculo para el camino que bajaba por una sierra y que descendía hasta un valle. Eso ocurría con la montaña del Castelo. El camino que venía por la sierra de Sabucedo hasta Pousadoiro se encuentra enfrente con una pendiente practicable que ascendía la montaña, pero el descenso al valle de Galdo y Landrove se volvía peligroso por la ladera del Norte. La solución fue dividir la vía en dos ramales: por el Oeste se bajaba hasta el valle de Bravos y Galdo, y por el Este hacia Landrove por Vilares. Éste último se convertiría en la ruta principal a Viveiro durante siglos.
Viajar en la antigüedad period una peligrosa aventura. Desde los tiempos paganos se buscaron intercesores protectores de los caminantes. El dios Hermes Mercurio, protegía a los viajeros, a comerciantes y a los salteadores de caminos, pero quienes más importancia parecen haber tenido en Galicia eran las pequeñas divinidades de los Lares
Viales. Por eso a veces se encuentran aras, pequeños altares donde se les daban ofrendas, alguna aquí en Ourol(). Con la primera cristianización, en esta zona llevada a cabo seguramente por pequeñas comunidades monásticas de eremitas, aparecen el culto a los santos intercesores que, en el caso de los viajeros, fueron desde antiguo Sª María, San Xulián, Xillán Xiao, San Miguel y San Martiño. Las hospederías y hospitales monacales ya existían antes de la invasión musulmana, con órdenes religiosas como la de San Fructuoso. Muchos lugares conservan el nombre del santo aunque ya no se encuentre rastro de la ermita sólo haya ruinas, como San Miguel de Milleiro San Xilláo (en Muras y Ambosores). La frecuencia con la que también morían las personas que viajaban, por ataques de animales, de bandidos por accidentes y enfermedades, fue poblando de cruces los trayectos de los caminos. Unas veces de madera y otras de piedra, la costumbre sobrevivió en muchos casos a las mismas cruces y por eso son buenos indicadores de antiguos caminos transitados, como las ermitas sus nombres. Sin embargo, en algunos lugares se conserva el nombre de cruz de”, como en A Cruz das Leiras, pero no siempre existió allí una de piedra de madera, porque Cruz en gallego también significa encrucijada, cruce de caminos.
También podemos recurrir a quienes transitaron en el pasado por los viejos caminos y dejaron por escrito su viaje y sus impresiones. En el caso de Ourol sólo conozco la relación que hizo Guillermo Schulz cuando se dirigió a caballo desde Viveiro a As Pontes en mayo de 1833. Después de subir de Landrove por el llamado Camiño da Feira, al Oeste da Croa da Forca, llega a la Arredoada y nos cuenta:
el camino va siempre por el pie oriental de la tierra áspera del Castelo por toda la parroquia de Merille, otra de Santa Baia, otra de Orol, cuyo país es quebrado, pero cultivado y frondoso; luego se va un barranco estrecho arriba pasando por unas casas que llaman Sabucedo, que aquí llaman también la Sierra (continuación del Castelo), la Sierra de Sabucedo, se pasa al otro lado del barranco yse sube por él hasta su origen, donde hay una portela que corta la sierra y por ella cruza un camino de las Grañas del Sor hacia Mondoñedo, inmediato a unas casas que llaman Sebrán pertenecientes a Orol. Se continúa subiendo por la falda occidental de otra sierra que llaman la Gañidoira…”
Cuando dice Merille y luego otra de Santa Baia, se refiere sin duda a Vilares, donde comienza la parroquia y después a Merille, que siempre se llamó desde antiguo Santa Baia. Pero lo más importante es que menciona el camino de Grañas del Sor a Mondoñedo, un camino transversal a todos los otros y que, por esa circunstancia, es quebrado al tener que bajar y luego subir varias veces atravesando los valles.
Losdiccionarios geográficos del siglo XIX, de Sebastián de Miñano en1827 y de Pascual Madoz en 1840, también nos ofrecen datos sobre las antiguas veredas. Así Miñano dice que en Ourol hay una camino de ruedas que va a Muras, muy transitado por los que van de Vivero a Coruña y Santiago. Madoz, por su parte, al escribir sobre Merille dice que le cruza por el centro el camino que desde Muras se dirige a Magazos por el puente de Landrove. Y de Ourol, los caminos que cruzan este distrito es el antiguamente conocido como Francés.
Otrosdatos los podemos obtener hoy en día a través de Web como con el Visor Básico de Información Geográfica de Galicia, donde se pueden comparar mapas y fotografías aéreas desde 1956 iii el Comparador de Mapas del IGN iv , donde encontramos las Planimetrías de los años forty, muy interesante por estar bien situados los nombres de los lugares, e incluso por figurar algunos caminos y aldeas que ya han desaparecido de los mapas posteriores. Además de las Planimetrías figuran también las Minutas con las cuales se elaboraron el Mapa Topográfico Nacional en torno a 1950.
Hay que saber también que carreteras locales ya existían e 1940, para no confundirlas con los caminos en las fotografías aéreas antiguas y, para eso, nos puede valer la información la enciclopedia de Geografía de Galicia de Carreras y Candi, que nos cuenta que para esta zona estaban hechas en construcción en 1922 las siguientes carreteras: Da Ponte Torta a Cruz das Leiras. De Ourol a Feira do Carme. De Cova de Bravos al Sisto. Y del Mesón a la iglesia de Ourol.
Para finalizar, aunque la mayoría de las personas que usaban habitualmente los Caminos Reales y los locales, ya han fallecido, es importante visitar los lugares y preguntar. Y también, si es posible, recorrer aquellos tramos del camino que aún están
transitables en nuestros días.
Y como resumen de todo está este borrador de un mapa donde figuran las viejas veredas por Ourol.
José M.ª Puentes Ramos. Ourol, 9 de agosto de 2018.
NOTAS
() Casas Vellas, Miñotos. A los Lares Viales: Javier Gómez Vila. Vías romanas de la actual provincia de Lugo. Tesis doctoral.
ii ) En la Crimson:
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sancheski dice:
Gracias por la información sobre Caminos Reales. Me habían dicho que por Bravos pasaba un Camino Actual pegado a mi casa y al ver el mapa que has puesto veo que es verdad.
Por otra parte quería comentar mi experiencia de rutas por Xistral. El año pasado hice un recorrido en bici desde San Cosme da Montaña (alto da Xesta) hasta Grañas do Sor, pasando por Viveiró, Sixto, y es increíble la poca dificultad que tiene comparado con hacer ese mismo itinerario de salida-llegada yendo más cerca de la costa. Habría que ir pegado casi a la costa para que fuese viable para una persona a pie a caballo. También he caminado desde Cadramón hasta Viveiro pasando por Coto da Lagoa (por las cimas desde una montaña a otra) y se nota el trazado de los antiguos caminos, hoy en día olvidados, que se mantienen visibles gracias a que es una zona de pastizales. Siguiendo ese trayecto hacia Viveiró, se baja hacia A Pena do Seixo y un poco antes de pasar por A Ponte dos Coruxos, hay un regato que alimenta al río Coruxos que conserva parte del empedrado sobre el lecho.
He leído muchas otras de tus publicaciones porque siempre que busco algo sobre la historia de Ourol acabo por aquí.
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