Excursión realizada el día 20 de noviembre 2016.
Se trata de un trayecto de dificultad media-baja que da comienzo y finaliza en la salida XXX de la A-92, junto al bar restaurante Venta Vicario. La distancia cubierta se situó en torno a los 18 km.
El campo por fin se ha vestido de otoño y tuvimos la suerte de disfrutarlo el pasado domingo a lo largo de toda la excursión. Para ello nos vimos obligados a madrugar un poco más de lo normal dado que el punto de inicio se encontraba a una hora de coche de Granada. En concreto en una salida de la A92 en dirección Guadix, ya pasado el desvío 20 hacia Gor. La coincidencia del nombre del Picón que pensábamos visitar y la existencia de dos ventas con el mismo nombre parece haber estado en la base del error que llevó a algunos a equivocar la ruta.
Por fin reunidos dimos comienzo a la ruta con cierta premura pues el viento disminuía la sensación térmica y hacía falta entrar en calor pronto. Tomamos la dirección del Arroyo Baúl y enfilamos hacia el sureste, siguiendo el curso ahora seco, flanqueados por álamos que nos regalan los colores de sus hojas.
Paraje junto a la antigua Fábrica
A buen paso y por terreno sin desniveles no tardamos en llegar a un bonito prado junto a la Fábrica Pardo, antigua fundición de plomo, hoy día meras ruinas. Descansamos en esa zona y tras un frugal desayuno tomamos el camino del Barranco de la Fonfría que nos dirige ahora al sur, en un ascenso continuo a lo largo de 500 metros hasta el Collado Resinero.
No obstante, a medio camino más menos, adentrados ya en los bosques de pinos que pueblan la zona, nos encontramos con una joya de la naturaleza a la que llaman Pino de la Señora y que nos hizo detenernos un buen rato. Nada menos que un Pinus nigra de los llamados Laricio Salgareño. Desde su copa inclinada nos contemplan más de trescientos años de lozanía vegetal. Y ello pese a que en su base se aprecia daño como de fuego, lo que provoca una oquedad y le resta firmeza, haciendo que se incline hacia un lado.
El poderoso Pino de la Señora
Se aprecia un poco más su grandeza al compararlo con la talla humana
Su corteza asemeja de cerca curiosos y quebradizos puzzles de piezas encajadas
Seguimos remontando el Barranco de la Fonfría a través del bosque de ensueño y cuando estamos cerca de coronar esta parte, ¡zas!, un jabalí y dos jabatos echan a correr a pocos metros de nosotros. Visto y no visto, desaparecen en la espesura. Y ya estamos en el Collado Resinero. A lo lejos, las nubes comienzan a amenazar. Debemos darnos prisa.
El Picón de Gor, nuestra meta, nos espera a apenas un kilómetro de ascenso fácil por terreno prácticamente desprovisto de vegetación.
Ascenso desde el Collado Resinero. Las nubes se acercan desde el este.
Cuando por fin llegamos al vértice geodésico el descenso de temperatura es tan marcado que nos obliga a abrigarnos como no lo hemos hecho en todo el día. Pero pese al frío queremos un recuerdo del momento.
En la cima.
Por suerte nada más llegar, poco antes del momento de la foto anterior, había zonas despejadas que nos permitían contemplar buena parte de los cielos del norte y oeste.
Desde aquí deshacemos el camino de nuevo hacia el Collado Resinero y desde ahí tomamos el sendero que lleva al Cortijo de los Corvos. Esta parte requiere estar bien atentos al camino pues se pierde bajo el cúmulo de hojas de pino, piñas y tierra removida. Finalmente nos vamos encontrando con un carril que podemos seguir ( bien en línea más recta, atrochar) para llegar al punto de inicio.
Publicado el
Excursión realizada el día 6 de noviembre 2016.
Se trata de un trayecto de dificultad baja que da comienzo en Bérchules y finaliza en Mecina Bombarón, en las Alpujarras. La distancia cubierta se situó en torno a los 15 km.
Se acerca el invierno, como sugieren en el mundo de Juego de Tronos, y comienza a notarse por fin en Granada que parecía no querer dejar atrás el verano. Durante la semana las previsiones no eran muy halagüeñas para el lugar que habíamos escogido como siguiente destino. No obstante, al llegar el domingo, la lluvia del día anterior cesó y dio paso un día radiante, soleado y algo fresco, perfect para caminar.
Empezamos nuestro recorrido tras un largo viaje en autobús en el pueblecillo alpujarreño de Bérchules. Localizamos sin dificultad el camino de la GR7 y proseguimos en dirección noreste. Encontramos poco después uno de los pocos desniveles que debemos superar en forma de escarihuela. Tomamos altura con rapidez, unos 200 metros, girando hacia el sureste y nos asomamos, desde la falda de la sierra, a un precioso balcón que nos ofrece una perspectiva completa de Bérchules.
Panorámica de Bérchules y Alcútar.
Ascendemos un poco más y dejando atrás las ruinas de un refugio para pastores elegimos un lugar para desayunar. Es algo pronto pero el viaje hasta Bérchules ha sido largo y la excursión prevista, invita al descanso y la contemplación.
Desayunando, charlando, pensando…
Continuamos el camino por la GR7 que se transforma en carril fácil de seguir. A nuestro paso, desde que salimos de Bérchules, hemos visto numerosos ejemplares de árboles que muestran por fin los colores del otoño y entremezclan el verde vivo con el ocre, el marrón aterciopelado y el rojo intenso. Predominan los castaños pero no faltan almendros, madroños, almeces, álamos nogales. También algunas plantaciones de vid.
Pasan los primeros 5 kilómetros y llegamos a Mecina Bombarón. Este bonito pueblo blanco chaquetas de montaña será nuestra meta, pero no aún. Desde él vamos a recorrer la Acequia de las Castañas.
Vivienda en Mecina Bombarón.
Y como no puede ser de otro modo, nos adentramos tras una cuesta pronunciada que nos saca del pueblo, en el reino de los castaños, en la que seguramente es su mejor época. Los frutos y las hojas pueblan el suelo por donde quiera que se pise. Algunos de ellos poseen un grosor de tronco que nos habla de su tremenda vejez. Cientos de años nos contemplan.
Castañas, castañas in all places 🙂
La acequia nos acompaña a nuestra izquierda buena parte del camino.
El agua ondulante y transparente nos permite contemplar en el lecho del río multitud de castañas, como si se tratara de una extraña ensoñación.
Las palabras no hacen justicia a la belleza del entorno. Un auténtico placer para degustar con calma.
En determinado punto torcimos hacia la izquierda y ascendimos un corto tramo con fuerte desnivel. Allí se junta con otro sendero, más bien carril, que nos llevará de vuelta con facilidad a Mecina Bombarón. Existe la opción de continuar hasta la toma de la acequia pero no quisimos arriesgar dado que llevábamos unos tracks que no contemplaban esa prolongación.
El regreso es casi todo por llano con ligerísimo descenso. Tan solo debemos estar atentos para descender hacia el pueblo en el punto correspondiente, marcado por líneas amarillas y blancas
Plaza principal de Mecina Bombarón, vista al regresar.
Publicado el
Sigue el blog por Electronic mail
Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Weblog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico.
Seguir
Estadísticas
Etiquetas
/*
$host= $_SERVER["HTTP_HOST"];
$url= $_SERVER["REQUEST_URI"];
$urlactual = "https://" . $host . $url;
echo $urlactual;
*/?>