(In English on the botton)
Hay ciertas experiencias que marcan un antes y un después en la vida. Hacer el Camino de Santiago con mi familia fue una de ellas en mi caso. Nos unió mucho, nos despojamos de lo que sobra, de lo que está de más, de los problemas, de las obligaciones y nos quedamos nosotros, nosotros y el camino.
Desde entonces ya ha llovido bastante así que ya iba siendo hora de poner el cuentakilómetros a cero, tiempo de volver al campo base y disfrutar de nosotros, de nosotros y la naturaleza.
El momento elegido, el perfecto, el cumpleaños de la terremoto de la casa, 60 años y con una vitalidad que mucho ya quisieran. El sitio, un gran descubrimiento, Ezcaray – La rioja.
Ezcaray es un pueblo con mucho encanto, perfecto para los que buscan descubrir y saborear esta tierra. El entorno es espectacular, los naranjas y amarillos se funden en una niebla agujereada por los rayos del sol. Bares y restaurantes ofrecen pintxos y tapas de calidad con un denominador común, El Rioja. El suelo empedrado, esas casitas de montaña, entrar en El Colmando, La Mary, La Fábrica de Mantas, en esas pequeñas tiendas de artesanía hacen que pasear sea un placer para los 5 sentidos.
Elegí una ruta que tornó ser más difícil de lo que esperábamos. La idea period estar unas three-4 horas caminando y terminamos haciendo 5 horas y media llegando al Cerro de Mingaña a 1.520 m. Desde aquí familia mis disculpas y mis felicitaciones! Qué grandes sois, sufrimos pero lo conseguimos!
Los últimos metros fueron agotadores, la cuesta se hacía más vertical, el camino se llenaba de piedras, la respiración flojeaba y los gemelos protestaban. Pero cuando nos vimos allí los cuatro, en la cima, ante esa inmensidad, nada importaba, parecíamos flotar entre esa niebla que cubría el valle.
Durante la ruta tuvimos de todo, caminos que se convertían en túneles de ramas, vacas muy saladas que nos iban dejando tremendos obstáculos” por el camino, bosques de árboles kilométricos, caminos de hojas de colores, refugios e incluso una pequeña aldea llamada Turza.Allí, en una de esas casitas de piedra y madera, asomada por una ventana, vi esta Harpa Irlandesa que me arrancó una sonrisa, y es que va a ser verdad, los irlandeses están por todas partes!
Cuando por fin llegamos al pueblo no sabíamos que queríamos hacer más, comer, beber, dormir, ducharnos, todo a la vez. Poco a poco nos fuimos reponiendo y salimos a disfrutar de los pintxos y del Rioja, que después de todo lo andado nos merecíamos eso y mucho más.
Seguimos disfrutando y estirando el fin de semana hasta que el inevitable Domingo llegó. Vuelta a Madrid, toca volver a la rutina, y aunque cansada, estoy con las pilas cargadas. Y sí lo prometo, la próxima más facilita! ;P
Ezcaray – Cerro de Mingaña
There are certain experiences which can provide us with a before’ and an after’. To do the Camino de Santiago with my family was a kind of in my case. It made us to be closer, we removed all the pieces unnecessary, irrelevant, we removed problems, of obligations and we kept with us, us and the camino.
Since then it has rained lots so it´s high time we put the millimeters to zero, time to be again at base camp and enjoy of being together.
The chosen second, the right one, the birthday of the little terror of the house. She is 60 and he or she has the vitality that some individuals would love. The place, a giant discovery, Ezcaray – La Rioja
Ezcaray is a village with a whole lot of allure, excellent for the ones who are searching for discovering and testing this land. The surroundings are spectacular, the oranges and yellows are melted in a holey fog by the sun-rays. Bars and restaurants supply quality pintxos and tapas with a typical denominator, the Rioja wine. The cobbled path, the mountain homes, to come in El Colmado, La Mary, The factory of blankets, in those handcraft outlets make a stroll a pleasure for the 5 senses.
I chose a route that turned out to be more difficult that we thought of. The idea was to stroll for three-4 hours and we did 5 and half hours arriving to the highest, Cerro de Mingaña, 1.520m high.
From here, my honest apologies to my household and my congratulations too! You are brilliant, we suffered however we did it! The final meters were exhausting, the hill was getting more vertical, the path was getting stuffed with stones, the breath was weak and the calves have been sulking. However when we bought the highest, in front of that immensity, our cares left behind, we seemed to drift among that fog that was masking the valley.
Throughout the route we had every thing, paths that were coated by manufacturers, blissful cows that have been leaving great obstacles” in our approach, forest of very lengthy bushes, paths of colourful leaves, refuges, and a small village called Turza. There, in one of those houses manufactured from stone and wooden, trying through a window, I noticed this Irish harp that put a smile in my face, and it´s true, there are Irish everywhere in the world.
When we arrived to the town we didn´t know what we needed to do extra, eat, drink, sleep, have a bathe, or every little thing together. Little by little we got here back to life and we went for pintxos and the Rioja wine. After that hike we deserved that and even more!
We kept enjoying and taking advantage of the weekend till the inevitable Sunday came. Back to Madrid, it´s time for the routine, and even drained, I have the batteries charged. And sure, my promise, the subsequent one will likely be easy easy.
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