Rutas de Montaña
Año de nieves, año de bienes que cube el refrán. Si la sabiduría fashionable no falla, este año que acaba de comenzar promete. Desde luego en el aspecto montañero no ha empezado mal…
Después de un mes de enero bastante liado de trabajo, aprovecho el fin de un proyecto para tomarme un día libre y subir a hacer una visita a Mataix, que esta pasando un par de semanas en Andorra. Después de las cinco horitas de coche de rigor, al cruzar la frontera de Andorra me sorprende ver el tipo de coches que la policía tiene detenidos en la aduana … Un Porsche Cayenne, y dos pedazo todo terreno de Audi y BMW … Por un momento me imagino al agente de aduanas diciéndoles a los dueños:
-¿Cuantos cartones de tabaco llevan ustedes en el vehículo?
– Cartones de tabaco ninguno agente, pero bolsas con billetes de 500 euros alguna que otra.
– Esta bien, circulen …
Yo con mi humilde Seat León paso desapercibido y me adentro en el país de los Pirineos con destino a Soldeu, donde estableceremos el campo base. Mataix me recibe con vino de El Culebrón, la cena preparada y un amplio elenco de actividades para elegir, de las cuales nos decidimos por la canal central al Pic d’Escobes. Más que su dificultad nos atrae el valle donde esta situado, la Vall de Incles, que pasa por ser uno de los valles más aislados de Andorra.
El Pic d’Escobes. Nosotros ascenderemos por la canal que se observa entre los dos picos.
Nos levantamos en torno a las seis de la mañana (yo juraría haber puesto el despertador a las cinco. Que ha podido pasar que no lo he escuchado?!?!), desayuno contundente y al coche. Enfilamos la carretera de la Vall de Incles y primer imprevisto del día, la pista que pensábamos que estaba abierta, se encontraba cubierta por medio metro de nieve, con lo que nos tocaría añadirle a la actividad tres kilómetros de regalo con los esquís. Así que manos a la obra, pieles de foca a los esquís y comienza la aventura.
Vall de Incles
La primera parte del recorrido resulta ser muy cómoda pues es una pendiente ascendente muy suave que hace que avancemos rápidamente y en unos cuarenta minutos cubramos la distancia que pensábamos hacer con coche. Después, cruzamos un pequeño puente y ya nos adentramos en el bosque donde empezaran las dificultades para los principiantes en esto del esquí de montaña.
Cuando comenzamos la subida propiamente dicha empieza a nublarse
La nieve va cambiando mucho dependiendo del terreno por el que nos movemos. En ocasiones muy blanda, en otras muy dura, y en otras ni una cosa ni la otra … Resbalones varios en las travesías a media ladera, esto no es tan bonito como sale en las revistas, improperios y maldiciones varias, pero poco a poco vamos avanzando.
Vamos ganando altura sobre el valle
El camino en verano será evidente, pero ahora tenemos que ir buscando el trayecto más fácil para hacer con los esquíes. A trompicones logramos llegar al refugio de Juclar, primera parada del día. Allí nos reciben dos franceses que han pernoctado allí, según nos cuentan al borde de la congelación, y su perro.
No se yo quien pasaría más frío si el perro sus dueños …
A nosotros nos ha costado más llegar al refugio de lo que esperábamos, así que nos detenemos el tiempo justo para picar algo y retomamos la marcha justo cuando la niebla se levanta momentáneamente y nos permite ver lo que nos queda.
Saliendo del refugio de Juclar. A la izquierda quedan los lagos que bordearemos por la derecha.
Continuamos flanqueando los lagos hasta llegar a una zona con una cuerda fija instalada que nos obligará a echar los esquís a la mochila por primera vez en la jornada.
Destrepe-flanqueo equipado con cuerda fija
Una vez superado este pequeño obstáculo nos encontramos ya con el corredor muy cerca, solo nos queda buscar el camino más llevadero hasta su entrada y procurar sobrevivir sin irnos ladera abajo de un resbalón. Sin mayores contratiempos lo logramos, con lo que ahora toca vestirse de montañeros … fuera esquíes y bastones, dentro arnés, crampones y piolets y vamos para arriba …
Mataix en la entrada del corredor
El primer tramo es sencillo. Rampas de nieve que no superan los 45 grados de inclinación con nieve sin transformar, por lo que nos vamos turnando para no destrozarnos abriendo huella. En seguida vislumbramos ya lo que será la principal dificultad del día, un pequeño resalte donde se ve aflorar roca. A primera vista parece que lo podremos superar sin problemas.
El resalte
Llega Mataix primero y después de pegarle un par de tientos considera que es mejor asegurar el paso, así que monta reunión en las rocas de la izquierda y me tira la cuerda para que suba yo. El resalte tiene hielo muy fino cerca de la roca y nieve un poco más transformada más arriba, así que me dispongo a sacar lo mejor de mi elenco de técnicas de escalada en mixto … es decir nada. Me apoyo un poco contra un bloque (técnica empotramiento), araño cual gato la roca con los crampones y estirándome un poco logro alcanzar una zona donde parece que los piolets entran mejor. Salgo de aquí y la cosa parece que suaviza un poco, tornillo de hielo para asegurar la salida y continuo.
Saliendo ya del resalte
Cuando ya el corredor se vuelve a abrir me encuentro con una acumulación brutal de nieve por la que tengo que ir abriendo trinchera hasta llegar a unas rocas donde puedo montar una reunión para que suba Mataix, que llega en poco tiempo. Como lo que queda ya parece sencillo decidimos seguir en ensamble para no guardar la cuerda.
Terminando el corredor con los lagos de Juclar al fondo
Y en pocos minutos más llegamos a la salida del corredor. Descartamos subir a la cumbre del pico dado que eso alargaría la actividad en torno a una hora más y por hoy ya llevamos bastante retraso acumulado.
Mataix en la salida del corredor con la Vall de Incles al fondo
En cualquier caso las vistas son espectaculares mires hacia donde mires.
Ahí detrás el Pic d’Escobes
Aunque la meteorología nos ha respetado bastante durante el día, empieza a soplar un viento gélido y las nubes siguen amenazando con cerrarse, así que toca ir pensando en bajar. Para ello tenemos que flanquear por la vertiente opuesta a la que hemos subido para buscar un collado desde el que volveremos a acceder a los lagos de Juclar.
El flanqueo de la jornada
Despacito y con buena letra vamos descendiendo hasta llegar a collado donde ya podemos volver a calzarnos los esquís para comenzar el descenso. Las primeras rampas son anchas y con poco inclinación con lo que deberían ser fáciles de esquiar. Así que tiro para abajo como si esto fuera un pista de esquí y pummm!!! PIÑAZO!! Ayyy … que no es lo mismo esquiar sin mochila que cargado como una mula con piolets, hierros y demás artilugios montañeros … Tomo nota psychological de tener eso en cuenta y sigo bajando. Cuando llegamos a los lagos, las nubes vuelven a cerrarse, no sin antes dejarnos despedirnos del Pic d’Escobes.
Hasta la próxima!!
Cuando pasamos por el refugio de nuevo ya es prácticamente de noche y la niebla se ha adueñado del valle. Por suerte, llevamos GPS y nuestra huella de subida sigue siendo visible. Así que nos colocamos los frontales y comenzamos el descenso. Una actividad nueva para añadir al curriculum, esquí nocturno.
Con los mismos ( más) trompicones que subimos por la mañana bajamos por la noche hasta el puente que nos sirve de referencia. Pero no acaba la cosa aquí, esa pista que anteriormente fue tan llevadera de subir por su poca pendiente ahora hace que tengamos que remar bastante rato para avanzar. Al final llegamos al coche a las 8 de la noche, después de 12 horas de disfrute, pero reventados como hacía mucho tiempo que no ocurría!!
Mas informacion:
– Monitor de la ruta evitando el corredor Se puede usar como bajada. Para acceder al corredor simplemente hay que bordear el segundo lago por la derecha hasta su base.
– El acceso a la Vall d’Incles se encuentra indicado el carretera que va desde Andorra la Vella hasta Pas de la Casa a la altura de Soldeu.
Los primeros días de las vacaciones navideñas habían discurrido más menos según lo esperado. Cenas y comidas navideñas con la familia, reencuentro con exiliados, discusiones sobre política y brindis por Podemos. También típico de estas fechas es que un temporal de nieve y frío azote el Pirineo, dificultando alguna de las actividades que teníamos previstas. Sin embargo, ya nos habíamos hecho a la thought de hacer una excursión montañera para recibir el nuevo año, por lo que el lunes quedamos en Valencia Mataix, Luis y yo, y con el coche cargado hasta los topes (lo cual tiene mucho mérito siendo solo tres personas en un Seat Alhambra) emprendemos camino hacia Espot para intentar subir a Els Encantats.
El viaje comienza con La Estanquera de Saigon como banda sonora, discusiones varias sobre filosofía de la vida, montañas blancas, príncipes azules y princesas rojas hasta el ya conocido momento essential de cada viaje a Pirineos: la hora de comer …
– Pasajero 1: ¿Lleváis algo preparado para comer?
– Pasajeros 2 y three: No.
– Pasajero 1: Pues paramos en algún bar de carretera y tomamos un bocadillo y un café rápido.
– Pasajero 2: De acuerdo. Así aun llegamos de día a Espot.
– Pasajero 3: Vale.
Dejaré que estas dos fotos expliquen lo que ocurrió durante las siguientes horas. El resto os lo podéis imaginar.
El cuerpo humano tiene que adaptarse poco a poco a los cambios. No se puede pasar de las comilonas navideñas a la austeridad de la comida montañera así como así. Hay que aclimatar.
Comienza el camino a la luz de los frontales
Capítulo 2. El refugio
El trayecto que nos esperaba hasta el refugio ya lo conocíamos, puesto que lo habíamos hecho tres meses atrás en la travesía de Carros de Foc Sin embargo, a causa de la nevada del día anterior, la primera parte de la pista de acceso al parque se encuentra cortada, por lo que tendremos que caminar una hora más antes de llegar al refugio Ernest Mallafré. No pasa nada, mochilas a la espalda y en poco más de dos horas llegamos al refugio para comprobar que la maldición del montañero levantino sigue vigente, es decir, somos los últimos en llegar.
Esto, que de por sí no supondría ningún inconveniente, lo es cuando los que han llegado anteriormente, se adueñan del lugar como si fuera su propia casa. Nos encontramos las mesas totalmente ocupadas por los restos de la cena, y por un perro durmiendo en un colchón del mismo refugio.
Invitado sorpresa en el refugio. Personalmente, no me molestaba que el perro estuviera allí, pero al menos los dueños deberían haber subido su propio colchón para él, ¿no?
En fin, nosotros a lo nuestro. Toca cenar, hacer el plan de ataque para el día siguiente y a dormir.
Derritiendo agua en el refugio
Capítulo three. Primer productos senderismo intento a Els Encantats
A las seis de la mañana suena el despertador, pero remoloneamos dentro del saco un rato más y hasta media hora más tarde no comenzamos a preparar el té para desayunar. Finalmente, en torno a las ocho comenzamos la aproximación al corredor central de Els Encantats, una de esas montañas que cualquier montañero sabe que quiere subir en cuanto la ve en una foto.
Els Encantats. La canal central es la linea de nieve que se intuye entre las dos cimas.
Sin embargo, nada más empezar a caminar nos damos cuenta que va a ser bastante difícil intentar la ascensión hoy. La última nevada fue hace dos días y, como el frío ha continuado, la nieve apenas ha cogido consistencia, con lo cual a cada paso que avanzamos nos hundimos mínimo hasta las rodillas. A todo esto hay que añadirle unos ruidos sordos que en un principio pensamos que podían ser purgas espontaneas de nieve. Por si fuera poco, el camino de descenso es ladera sur, donde intuimos que se puede haber acumulado aun más nieve dado que el viento dominante los días anteriores fue de norte. Demasiadas incertidumbre para nosotros, así que dado que la previsión meteorológica es muy buena para los los días venideros decidimos aplazar la subida hasta el jueves.
Volveremos!!
Media vuelta, recogemos nuestros trastos del refugio y volvemos hacia el coche para ir a Boi donde haremos esquí de montaña, que parece ser la actividad más segura que podemos realizar dadas las condiciones en estas fechas. En cualquier caso, el día se ha quedado buenísimo, con lo que aprovecho para ir trasteando con la cámara nueva.
Bajada a Espot
El invierno ha llegado
Capítulo four. Nuevas aficiones
Llegados a Boi Salva nos recibe en su apartamento y después de las cervezas de reencuentro de rigor toca reponer fuerzas (como si hubiéramos gastado muchas, 😀 ). La montaña, también es la gente que vas conociendo en ella y con la que compartes la afición.
Bodegón montañero.
El día de nuevo amanece radiante, así que esquís al coche, nos vestimos de esquiadores y para las pistas que nos vamos. Pasamos de largo de la cola del forfait ya que hoy vamos de montañeros, lo que bajemos nos lo habremos ganado! Entre Luis y yo le damos unas clases básicas de esquí a Mataix antes de calzarle a los esquís las pieles de foca y comenzar a subir por la pistas. Dado que los tres somos nuevos en esto del esquí de montaña nos mantenemos casi siempre dentro de los límites de la estación. En poco más de hora y media llegamos a uno de los puntos más altos desde donde las vistas hacia el los macizos del Aneto y Posets son impresionantes.
De izquierda a derecha los montes más altos creo que son Posets, Vallibierna y Aneto
Dos colosos de la montaña y el Aneto de fondo
Disfrutamos de las vistas, picamos algo y comenzamos la bajada. La nieve se ha ido endureciendo por el viento que no para, lo cual dificulta un poco el descenso con los esquís de montaña. Son cosas a las que tenemos que ir acostumbrándonos si más adelante queremos hacer excursiones mas serías con esquís. Una vez abajo, decidimos recoger los bártulos e ir volviendo hacia Espot, donde esperamos que las condiciones hayan mejorado. Mientras hacemos tiempo para devolver los esquís en la tienda, hacemos la enésima reorganización del maletero del coche, que algún despistado podría confundir con un mercadillo de material de montaña.
Capítulo 5. Segundo intento a Els Encantats
Deja vú whole. Llegada al parking de Espot, carga las mochilas y de nuevo comienza a andar bajo la luz de la luna y los frontales. Hace menos frío que el pasado lunes, lo cual nos da esperanzas de que las condiciones en el corredor sean mejores que las que nos encontramos. La subida hasta el refugio se hace un poco más dura, el cansancio acumulado y la motivación un poco más baja suponen un peso further con el que hay que cargar. Aun así de nuevo en dos horas nos plantamos en el refugio … donde de nuevo ya hay gente que en esta ocasión tienen el refugio perfectamente ordenador y preparado para la llegada de nuevos inquilinos. Así da gusto!!! Nos preparamos la cena, volvemos a trazar el plan de ataque para el día siguiente y al saco de dormir que mañana puede ser un día largo.
De nuevo, 45 minutos de aproximación a pie de corredor en los que la nieve no parece haber transformado mucho ya que seguimos hundiéndonos bastante. De cualquier modo, esta vez decidimos intentarlo a ver que nos vamos encontrando. Según las reseñas que habíamos leido de la actividad la principal dificultad técnica se encuentra un resalte rocoso al comienzo del corredor. Dependiendo de la cantidad de nieve hielo que encontremos el escollo será mayor. Estas cosas solo hay una manera de averiguarlas: ir y comprobarlo por ti mismo.
Entrada a la canal central de Els Encantats
Así que allá vamos. Entramos por la canal que se intuye a la derecha de la foto donde en primera instancia encontramos nieve blanda. Conforme se va estrechando la nieve se va endureciendo hasta un sitio donde tenemos que hacer una pequeña travesía a izquierda para superar un roca. Desde aquí ya vemos el resalte rocoso y un clavo para montar reunión. Refuerzo la reunión con un tornillo de hielo y cuando suben Luis y Mataix, sacamos las cuerdas para intentar el resalte. Desde abajo pinta tumbado por lo que no parece demasiado difícil, pero cuando te acercas la cosa cambia …
Antes de comenzar el tramo mixto de hielo, nieve y roca meto un tornillo de hielo que no me da mucha confianza, aun así sigo hacia arriba a ver si la cosa mejora. No es así, la capa de hielo es muy fina, los piolets rebotan y la morfología de lo roca no ofrece posibilidades evidentes de protección para principiantes en esto como yo. Veo un clavo de roca a la izquierda, pero lejos de mi alcance. La costalada que me pegaría de caerme aquí sería de aupa, por lo que decido destrepar con cuidado hasta una zona más cómoda. Lo intento de nuevo por una pequeña canal más a la izquierda, pero aquí ni siquiera hay hielo así que tampoco lo veo claro. Esto me viene grande de momento así que para abajo.
Cuando vuelvo a la reunión Mataix determine intentarlo por un espolón rocoso que nos queda a la derecha. Sin embargo, esto también parece más fácil visto desde abajo que una vez metido en faena, por lo que también determine volver sobre sus pasos. Una retirada a tiempo es una victoria, así que montamos las cuerdas para asegurarnos el destrepe hasta el inicio del corredor y para abajo.
Capítulo 6. Conclusiones
En estas situaciones conviene analizar que se ha hecho mal con el fin de aprender para futuras actividades. Nosotros llegamos a las siguientes conclusiones:
– Llevar el materials adecuado. Al final solo habíamos cogido dos tornillos de hielo, pensando que apenas encontraríamos. Lo que en realidad sucedió fue que ya los había usado antes de empezar las auténticas dificultades. Por otro lado, llevaba clavos de roca que ni se me ocurrió utilizar, puesto que no lo he hecho nunca.
– Planificar la actividad. Visto lo que nos hubiera costado superar el resalte podríamos haber terminado la actividad en torno a las 5 de la tarde. Nos costó arrancar del refugio y esto hubiera alargado mucho la jornada, lo cual con lo cortos que son los días en estas fechas es un inconveniente importante.
Solo queda aprender de esto y volver con más experiencia!!
Parece ser que en la vida tendemos a encontrarnos con dos tipos de personas, las que ven la botella medio llena y las que la ven medio vacía. Pongamos un ejemplo precise, los del primer grupo ven la irrupción de un nuevo partido político como una oportunidad para intentar cambiar las cosas, mientras que los del segundo ya se lamentan del desengaño que sufrirán cuando dicho partido no cumpla sus irrealizables” propuestas. Los primeros se ilusionan con Galeano cuando dice que el papel de las utopías es hacernos caminar hacia ellas, mientras que los segundos te intentan convencer que buscarlas solo sirve para frustrarte más.
Pues bien, desde que hace algo más de tres meses decidí apuntarme al Desafio Lurbel Aitana – Puigcampana (85 Km, 11000 metros de desnivel acumulado) me he encontrado con los dos tipos de persona. Los de la botella medio vacía me llamaron loco, me dijeron que eran muchos kilómetros para ser mi primera carrera por montaña que iba a acabar físicamente destrozado … Supongo que del mismo modo que hay muchas maneras de decir te quiero, también hay muchas maneras de dar ánimos. En cualquier caso, tanto oir cuestionar mi cordura a personas cercanas me hizo preguntarme si tenían razón e intentar entender porque quería participar en esta carrera… y buceé en recuerdos de mi niñez…
Y recordé un sábado por la tarde de los años eighty cuando en una excursión al Rincón Bello, un pequeñajo de poco más de siete u ocho años decidió sentarse en una piedra, cansado a más no poder, negándose en redondo a continuar, hasta que una mano amiga le quitó la mochila de la espalda para que se le pasara el berrinche. Y también recordé las noches de campamento después de alguna actividad del Club Alpino Eldense, y de las caras de la gente llegando destrozados pero rebosantes de vitalidad. Y pensé que si de verdad estaba loco, quizá fuera por una locura adquirida de niño, así que period demasiado tarde para remediarlo.
Los de la botella medio llena, lo han hecho todo mucho más fácil. Ánimos, consejos, risas y mucha positividad. No sabes la envidia que me das”, Como tiene que molar eso de correr de noche”. Consejos made in Jose Luis: Tú sal a tope y cuando no puedas más ya tiras de cabeza”. Enlaces a vídeos de motivación y otros blogs, entre los cuales me gustaría destacar Bitacora de un Pez sobre como plantearse este tipo de carreras. Prepara el materials que te vas a llevar … y como el tiempo pasa volando, el 8 de noviembre a las 7 de la mañana me encuentro rodeado de trescientos locos más como yo, dispuestos a pasar las próximas 24 horas trotando por las montañas de Alicante.
Nada más salir de Finestrat ya podemos ver las dos grandes dificultades a las que nos enfrentaremos durante el día.
Amanece bajo la vigilancia del Puigcampana. Aitana, al fondo se prepara para recibirnos más tarde
La primera parte de la carrera, es terreno conocido, donde lo más importante será disfrutar de lo bonito que es ver amanecer desde la cumbre de Sierra Cortina, desde donde se ven las dos caras de la provincia de Alicante, el mar y la montaña (y la cara oscura de los desmanes urbanísticos).
Peñón de Ifach a la izquierda, Sierra Helada y Benidorm a la derecha
Para a continuación volver a enfrentarse a la majestuosidad del Puigcampana, una montaña que la subas por donde la subas nunca te deja indiferente.
Desde el Espolón Central a la pedrera, horas y horas de diversión en el Puigcampana
Cumbre del Puigcampana
Superado el Puigcampana y el segundo avituallamiento entramos en terreno desconocido para mí el Ponoig y Penya Roc. Con el cambio de vertiente se unen al desafio dos nuevos participantes que nos acompañaran prácticamente hasta Sella: la niebla y la lluvia. Esta última hace que el primer tramo pedregoso del descenso del Ponoig se complique un poco causando varias caídas de las cuales afortunadamente voy librándome. Más adelante, me tocará a mi el turno de tocar suelo, pero será en barro, que está más blandito y no duele.
Esta parte del recorrido transcurre entre las grandes paredes del Cavall y de Penya Roc a la izquierda y los valles que van cayendo haciendo el mar a la derecha.
Paredes del Cavall
La niebla le va dando un encanto especial a este tramo
Cuando llegamos al paso del Contador la lluvia arrecia, con lo que toca ponerse el cortaviento para no enfriarse y comenzar a afrontar la siguiente fase de subida, parando en la fuente del Partagas, donde el primer avituallamiento sólido nos espera. Que avituallamiento!! Ensalada de pasta, caldo de pollo caliente, dulces, frutos secos … Lo supreme antes de Aitana, ultima gran ascensión de la jornada y cima más alta de la provincia de Alicante. Una lástima la que la niebla persista, puesto que nos priva de unas vistas , que dada la situación de esta cumbre, deben ser espectaculares.
Para la gran mayoría aquí se acabaron las dificultades de la jornada, puesto que la segunda mitad del recorrido era casi todo en bajada. Para mí no. Un dolor en la rodilla izquierda, imperceptible en las subidas, pero bastante molesto cuesta abajo haría que el descenso desde la cima hasta Sella se convirtiera en el tramo más duro del día. Pero vaya, el que piense que se pueden hacer semejante calcetinada sin ningún dolor que me explique el truco. Concentración, y paso a paso …
Cuando comienza a atardecer el cielo se despeja e ilumina el camino a seguir
Entre engañarme a mí mismo para no pensar en la rodilla y otros trucos mentales, llego al cartel de 50 Km … Gabi, si sólo te quedan 35 km y tienes aun muchas horas por delante”. Esto está hecho”.
Poco después nuevo avituallamiento. Taza de cafe XXL y a por la última bajada técnica, que por suerte aun la haré de día … para llegar a Sella donde está mi padre esperándome para captar mi cara de cansancio/alivio por haber acabado esta parte.
Sella a la vista!!!!!!!!!!!!!!!
Cae la noche con 30 km por delante, pero de terreno ya más suave y en gran parte conocido por lo que ya es cuestión de relajarse y disfrutar de lo que queda. Toca disfrutar de andar por el monte de noche, siguiendo la hilera de frontales del resto de participantes. También es el momento de pensar en como se dilata el tiempo estos días tan intensos, sólo han pasado unas 12 horas desde que he salido de Finestrat, pero parece haber sido un par de días antes.
Pista de asfalto tediosa que nos deja en el cruce de la carretera de Orxeta para recibir el calor humano de la gente que hay animando en este avituallamiento. Sirvan estas pocas palabras de homenaje a todos aquellos, padres, madres, amigo@s, novi@s que deciden pasar un sábado apoyando a esos locos que corren por el monte. Nosotros lo hacemos porque nos gusta, pero ellos lo hacen solo por cariño y apoyo. Muchas gracias!!!!
El calor humano a estas alturas se agradece mucho.
Bueno, resumiendo, son las 22:30 y me quedan 10 Km por delante con la subida a la Sierra de Orxeta … y su bajada. Aunque de fuerzas aun voy bien, el dolor de rodilla ha ido a más y se ha unido a la fiesta una pequeña bambolla en un dedo del pie derecho. Como diría Jose Luis es el momento de tirar de cabeza. Comienza la subida y comienza la conversación contigo mismo. Me sorprendo dándome a mí mismo consejos que les suelo dar yo a otra gente: Da pasitos cortos”, Poco a poco, a tu ritmo sin agobiarte”, Solo queda aguantar dos horas…”, … una hora …” y en cuanto te das cuenta …
Meta!!!!!!!
Desafio conseguido … Si alguien le hubiera dicho a aquel niño que unos cuantos años después se pegaría una pequeña paliza de 85 km por montaña, probablemente hubiera contestado: ¿Pero tu está loco que?” Al ultimate lo más gratificante de estos retos suele ser el camino que te lleva a conseguirlos más que lograrlos, por lo que …
… tocará ir pensando pronto en el siguiente!! Bueno va, dejaremos una semana que se curen todos los dolores, agujetas y recupere el sueño acumulado que aun hoy tres días después arrastro.
Algunos datos de interes:
– Perfil del recorrido
Esto comenzó como empiezan las buenas aventurillas, es decir con poca planificación pero con muchas ganas, que al fin y al cabo, es lo que cuenta. Con poco más de una semana de antelación Mataix me comenta que tiene la intención de hacer Carros de Foc con su amigo Vaquera en un fin de semana. La concept es llegar a Espot viernes por la noche, subir a dormir al refugio de Ernest Mallafre, y después del típico madrugón montañero intentar hacer los 61 km en un solo día. Si resultara ser demasiado siempre podríamos quedarnos a dormir en alguno de los refugios de la travesía, que a estas alturas del año ya son todos libres, y finalizar la ruta el domingo. Si el plan de por sí no tuviera el suficiente atractivo, a mí me venía de perlas para preparar el desafio Lurbel. Así que sin pensármelo dos veces, solicito permiso para unirme al equipo y comienzo a leer cosas sobre la travesía. Alrededor de 60 km, 9000 metros de desnivel acumulado y los paisajes más bonitos de Pirineo Catalán. ¿Que más se puede pedir para un fin de semana? Que la meteorología acompañe … Bingo, conforme se acerca la fecha sol, temperaturas suaves y cielos despejados … Esto promete!!
El viernes después de comer me recoge Mataix en el trabajo y comenzamos el camino. Entre anécdotas varias, arreglar el mundo y opiniones encontradas sobre el papel que juega Juan Carlos Monedero en Podemos transcurren las primeras 3 horas de viaje y llegamos a Tarrega, donde recogemos a Vaquera que viene desde Barcelona. Compras de última hora, trasvase de trastos de un coche a otro y todo listo para continuar las dos horas y media que nos quedan de camino hasta Espot. Aprovechamos para concretar los últimos detalles del plan de ataque, confirmar que los tres tenemos las mismas expectativas de lo que queremos hacer y como queremos hacerlo y cuando nos damos cuenta ha llegado la hora de cenar … Y aquí hago un inciso, porque hay que darle a este momento la importancia que merece.
Todos los que estamos acostumbrados a subir a Pirineos sabemos que este es un momento muy importante del fin de semana. Una buena cena el viernes asegura una buena actividad. no, pero que te quiten lo bailado … A pesar de ello, a menudo nos pueden las ganar de llegar antes y todos nos hacemos los duros … Me explico:
– Pasajero 1: ¿Quereis que paremos a cenar algo? ¿ lleváis algo preparado?
– Pasajero 2: Yo llevo una ensalada de pasta
– Pasajero three: Yo llevo un bocadillo de jamón de esta mañana
– Pasajero 1: Yo llevo pan y atún. Paramos 10 minutos en un parque y cenamos rápido.
– Pasajeros 2 y three (al unísono): Vale!!
1 minuto después, cruzando un pueblo aleatorio …
– Pasajero 1: En ese bar que hay ahí pare yo una vez y hacen unos pollos al horno muy buenos …
(Silencio)
10 minutos después …
Pasajeros 1,2 y 3 están sentados en el bar mencionado anteriormente, en una mesa en la que se amontonan un pollo al horno, una ensalada de pasta, un bocadillo de jamón y tres cervezas. Claro, si nos vamos a pasar dos días seguidos andando habrá que acumular energías, no?
Por fin a eso de las 23:30 llegamos al parking de Espot, donde el típico frescor pirenaico nos confirma que hemos abandonado las cálidas tierras levantinas y nos encontramos en un lugar donde el otoño parece haber llegado puntual a su cita. En veinte minutos preparamos las mochilas, repartimos la comida que pensamos llevarnos y nos ponemos en marcha. Después de unos cuarenta minutos por una pista que asciende muy suavemente llegamos al refugio Ernest Mallafré donde pasaremos lo poco que queda de noche. Como de costumbre, llegamos los últimos al refugio y pese a ser lo más cuidadosos posible supongo que a alguien despertamos. Busca literas libres, extiende el saco sabana, festival de ronquidos, toses y ruidos varios típicos de refugio de montaña y como si el tiempo hubiera volado, el despertador ya está sonando … Así que desayuno rápido, dejamos las cosas que no necesitaremos aquí y frontal en ristre comenzamos la marcha.
Las primeras dos horas de caminata las hacemos de noche con lo que no podemos ver mucho. Por suerte, Mataix conoce la zona ya que estuvo por aquí en verano y nos va guiando hasta que en poco más de una hora alcanzamos el primer refugio que nos espera en el camino, el refugio de Amitges. No nos detenemos y seguimos para llegar poco después al Puerto Ratera, donde las luces del amanecer nos permiten tomar las primeras fotos. Aunque ya se percibe que tendremos un día muy agradable por delante todavía hace falta algo de abrigo para aguantar el viento mañanero, que el día no ha hecho más que comenzar y no es cuestión de enfriarse a las primeras de cambio.
Amanecer desde Port Ratera
Una vez superado el primer collado viene la primera bajada, que nos llevará hasta el refugio de Saboredo. El plan inicial period correr los tramos que pudiéramos, pero esto es montaña de verdad y tantos las bajadas como la mayoría de las subidas son sendas con muchos bloques de piedra donde doblarse un tobillo es bastante possible si no andas con cuidado. Así que decidimos seguir andando a buen ritmo, y solo correremos algunos tramos llanos con buena senda. A pesar de ello, en poco más de una hora llegamos al pequeño refugio de Saboredo, el segundo de la jornada, en el cual apenas nos detenemos para pegar un trago de agua antes de continuar hacia el Coll de Sendrosa, el cual lo alcanzamos tras una subida corta pero intensa. Una vez allí un viejo conocido nos saluda desde la distancia.
Macizo del Posets en la lejanía
Aquí aprovechamos para pegar un bocado ya que llevamos unas tres horas largas de jornada y hay que ir reponiendo energías. Lo siguiente que nos espera es un descenso bastante pronunciado hasta el refugio de Colomers. De nuevo bajada peliaguda que nos obliga a ir con ojo, pero vaya, a esto hemos venido y los paisajes acompañan.
Cruce de caminos llegando al refugio de Colomers
Nosotros, a nuestro ritmo constante llegamos al refugio de Colomers, donde nos detenemos otro rato, para ahora sí, ponernos el atuendo de verano, que el sol ya va apretando un poco más.
Mataix y Vaquera con el refugio de Colomers al pie del lago
El siguiente collado que tenemos que superar es el Port de Caldes, otros four hundred metros de desnivel que ya empiezan a picar en las piernas.
Subida al Port de Caldes
Cuando coronamos el Port de Caldes presenciamos el primer cambio de paisaje de la ruta. Hasta ahora había discurrido por zona relativamente boscosa y con bastante vegetación. Ahora le toca el turno al reino del granito. Decidimos no ir hasta el refugio de la Restanca, puesto que aunque vamos bien de fuerzas y de tiempo, creemos mejor no forzar la máquina y continuar hasta el refugio de Ventosa i Calvell donde pararemos a comer.
El reino del granito
Al refugio de Ventosa i Calvell también se puede accerder desde la Vall de Boi. De hecho, es una zona que ya había pisado en anteriores aventuras y que espero volver a pisar a pronto para hacer los Besiberris. Finalmente, después de siete horas de caminata llegamos al refugio a tomarnos un merecido descanso. Sacamos lo que traíamos preparado para comer, bocadillos de lonchas de pollo, chocolatinas varias y algo de fruta, e incluso aprovechamos para echar una mini siesta de 10 minutos. Antes de retomar la marcha miramos el mapa y confirmamos que llevamos un buen ritmo. Hemos recorrido aproximadamente la mitad del trayecto en 7 horas. La ruta en total son ocho refugios y ya hemos pasado por cuatro … A la hora de cenar estamos de vuelta en Mallafré … ilusos de nosotros …
Poco después de comenzar a andar una indicación nos muestra lo que realmente nos espera. Refugio de Estany Llong a 5h 30 min … Comorrrr???? Hasta este momento todos los refugios habían estado separados no más de una hora y media dos. Parece que la cosa empieza a complicarse a partir de aquí. Volvemos a mirar el mapa y nos damos cuenta que el siguiente desnivel que tenemos que salvar es probablemente el más pronunciado de toda la travesía, la subida al Collado de Contraix a casi 2800 metros, por una caos de bloques que ralentizaran el avance. En fin, último vistazo a los idílicos paisajes de la zona de Cavallers y a la faena.
Salida del refugio de Ventosa i Calvell
Con el estómago lleno” la subida al collado de Contraix se hace un tanto pesada debido al desnivel que tenemos que superar y al desgaste que supone la búsqueda del camino más llevadero entre todo los bloques de la pedrera. Por ello, hemos de ir descansando frecuentemente.
Descansar con estas vistas es otra cosa
No recuerdo cuantas horas después de salir llegamos al collado de Contraix y ya a lo lejos vemos el Estany Llong, que será nuestro siguiente destino. Antes no espera otra bajada por terreno de aventura.
Estany Llong al fondo
El refugio de Estany Llong era donde habíamos pensado quedarnos a dormir si se nos hacia tarde durante la ruta. Al mirar los mapas pensabamos que desde aquí a Mallafre nos quedaban únicamente unas cuatro horas de camino. Pero cuando llegamos a Estany Llong nos encontramos a un chico bastante conocedor de la zona que nos saca de nuestro error. En realidad nos quedan algo así como ocho nueve horas si queremos hacer la ruta al completo y el siguiente refugio es de Colomina que se encuentra unas cuatro cinco horas …
Gabinete de disaster: las fuerzas y la ethical comienzan a flaquear, llevamos ya unas 12 horas de actividad de continuo sube y baja y nos queda prácticamente otro tanto. Descartamos ya la idea de acabar la actividad en el día. Al fin y al cabo, no tenemos ninguna prisa, llevamos con nosotros todo lo necesario para pasar la noche y aquí hemos venido a disfrutar, aunque a veces no lo parezca … Aun nos quedan unas dos tres horas de luz natural, con lo que decidimos continuar hasta el Refugio de Colomina, hacer noche allí y al día siguiente rematar la faena con calma y disfrutando del paisaje.
Dicho y hecho. Nos encaminamos a la Colladeta de Delui de la cual nos separan unos 10 km y 600 metros de desnivel por terrenos de nuevo bastante pedregosos. Esto requiere llamar a la caballeria!! Gel energético al canto y para arriba …
El atardecer nos deja unas luces preciosas que nos ayudan a ir superando el desnivel al que nos enfrentamos.
Subiendo hacia la colladeta de Dellui
El primer cartel indicador al refugio de Colomina marcaba unas 5 horas de camino … y en esta ocasión acertó de pleno. Esta parte del camino resulto la más dura, al menos desde mi punto de vista. Ninguno de nosotros conocíamos la zona, y aunque todas las sendas están bien indicadas hay que andarse con mucho ojo cuando cae la noche y tienes que ir buscando el camino a la luz del frontal. El cansancio psicológico sustituye al físico y la incertidumbre de no saber cuanto queda exactamente para llegar al refugio va haciendo mella en el ánimo. Pero en fin, estas sensaciones son las que vamos buscando cuando hacemos estas cosas. Al fin y al cabo, durante este tramo solo teníamos que preocuparnos de andar y encontrar el camino … vamos, como la vida misma …
Al fin, vislumbramos en el horizonte unas luces de colores que nos anuncian que al fin hemos llegado al refugio de Colomina. Empezamos a hacer planes … seguro que estamos solos, cenamos tranquilamente, encendemos la estufa de leña. Es decir, el cuento de la lechera versión montañera. La cruda realidad al entrar al refugio es la siguiente: solo queda una cama libre, apenas hay sitio para que podamos cocinar y la estufa es de butano, cántaro de leche hecho añicos …
La cama se la queda Vaquera que es el que más cansado ha llegado, puesto que arrastraba un resfriado, con lo que Mataix y yo tendremos que improvisar algo. ¿Queríais aventura montañera como las de antes? Ale pues a dormir en el suelo bonicos!! Nuestros compañeros de refugio nos ceden algunas mantas para que las usemos de aislantes y a dormir!!!!!!!
En cualquier caso, despertarse con estas vistas, lo cura todo.
Vistas desde el refugio de Colomina
Después de desayunar las cosas se ven de otro modo. Estamos de nuevo a tope de energía y de ethical para completar las aproximadente 8 horas que calculamos que nos quedan de ruta. Lo primero que nos viene es una pequeña subida hasta el collado de Saburo, desde donde descenderos hasta el refugio de Josep Maria Blanch, en lo que resultaría ser la parte más bonita de la ruta con mucha diferencia. Al last, casí siempre las cosas pasan como tienen que pasar. Si hubiéramos intentado acabarlo todo en el día habríamos pasado por aquí de noche y nos habríamos perdido parajes tan espectaculares como estos:
Collado de Saburo
Refugio de Josep Maria Blanch al fondo
En poco más de dos horas llegamos al Refugio de Josep Maria Blanch, donde nos detenemos para almorzar con calma y disfrutar de la tranquilidad que se respira en el lugar.
Con una mezcla de alegría por estar apunto de acabar nuestro reto explicit y cierta pena por lo mismo (que se le va hacer así somos las personas) enfilamos la subida a la Colladeta Seca. La ruta oficial del Carros de Foc sube por el collado de Monestero, pero nosotros optamos por la primera para pasar a pie de una de las montañas más fotogénicas de todo el Pirineo, els Encantats.
Els Encantats
Ahora sí, esto se acaba señores. Vamos dejando atrás los paisajes más agrestes de la alta montaña para adentramos en un bosque del cual se van adueñando los tonos amarillos y rojizos del otoño.
Otoño en Pirineos
Como ahora sí que tenemos tiempo de sobra, aprovecho que mis dos compañeros saben de setas y les pido que me enseñen a reconocer los famosos rebollones, a lo cual acceden de buen grado y con buenos resultados, pues conseguimos recoger unos cuantos que serían engullidos a la vuelta a casa.
Os dejo algunos detalles más técnicos por si alguien se anima a hacer la ruta.
– Distancia complete de Ernest Mallafré a Ernest Mallafré: fifty five km
– Desnivel: 5600 m positivos
Y aquí el monitor en Wikiloc desde Ventosa i Calvell hasta Ernest Mallafre