El sábado 08 de Octubre, después de un verano con descanso en la realización de rutas de montaña, nos juntamos dos amigos senderistas para darnos una vuelta por los montes de Cantabria. Como queríamos que fuese un recorrido de sólo por la mañana, para ir a comer a casa, nos decidimos por una ruta que estuviera cerca de Santander y por eso nos fuimos hacia el municipio de Miera, en concreto nos dirigimos al pueblo de Mirones.
Allí aparcamos el coche, junto a la Iglesia de San Román, en Mirones y nos preparamos. En principio llevábamos playeras de montaña y botas, y menos mal que nos inclinamos por este último tipo de calzado, porque en caso contrario nos hubiésemos empapado y nos hubiese costado mucho andar por el terreno kárstico.
Iglesia de San Román en Mirones
Para descargar el monitor para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc)
Allí, nada más cruzar la carretera, encontramos, junto a una casa, una pendiente que se dirige al barrio de La Cantolla, se trata del camino El Carro.
Camino El Carro hacia La Cantolla
Comenzamos a ascender por esta pendiente para dirigirnos al Barrio de La Cantolla, donde saludamos a una mujer mayor que a esa hora ya estaba limpiando los cristales de su pequeño mirador y una vivienda en la que debía vivir alguien que era de Granada y estaba orgulloso de ello.
Ascendiendo por el camino El Carro
Continuamos ascendiendo y llegamos a las primeras casas del barrio de La Cantolla y fuimos callejeando entre las casas buscando el camino correcto.
Callejeando por La Cantolla
La ruta también se podría empezar desde este barrio y así nos hubiésemos ahorrado esta primera ascensión, aunque en cualquier ruta por esta zona, debido a la geografía del lugar, siempre habrá una fuerte ascensión al inicio. Ya en la Cantolla buscamos el camino para iniciar la ruta y lo encontramos junto a lo que parecía un bebedero.
Inicio de la ruta en La Cantolla
Allí nos encontramos un indicador que marcaba el camino hacia el Macizo de Las Enguinzas que según pudimos observar está marcado como un pequeño recorrido, en concreto el PR-S73, pero que sin embargo no ascendía a Las Enguinzas.
Indicador del Macizo de Las Enguinzas PR-S73
El inicio es un poco durillo, ya que nada más comenzar nos encontramos una fuerte pendiente con una pista hormigonada.
Pista hormigonada
Lo primero que nos llamó la atención fue el Resort París La Torre, una construcción muy llamativa que se encuentra sobre una roca y que parece la Casa de la familia Adam´s. Además pudimos ver la mejora que ha habido en los últimos años, ya que ya habíamos realizado otra ruta por esta zona y habíamos visto esta casa, comentando en ese momento un poco de la historia de este hotel”.
Lodge París La Torre
Continuamos ascendiendo, dejando a nuestra derecha el depósito de aguas que suministra este preciado fluido a los pueblos de alrededor.
Depósito de aguas
Cuando llevábamos pocos metros de ascenso ya nos empezaba a sobrar la ropa y empezamos a sudar y continuamos hasta que llegamos a un punto en el que teníamos una bifurcación, una que iba hacia la izquierda y que era hormigonada y otra que se convertía en un sendero empedrado. Daba igual cual de los dos cogiésemos por que al ultimate nos llevaba al mismo punto. Nosotros cogimos el cruce hacia la derecha.
Saliendo de pista hormigonada
Aquí nos encontramos la segunda señal, que esta vez nos dirigía hacia Guzpedroso.
Camino Guzpedroso
Aquí desapareció el sendero y se convirtió en un camino empedrado que se conoce con el nombre de Calzada de la Peñas, el cual es un buen ejemplo de las infraestructuras que promovieron las Reales Fábricas de Cañones de Liérganes y de La Cavada. Se trata de un típico camino carbonero usado para el acarreo de madera, fundamentalmente encina, empleada en la producción de carbón vegetal que abastecía a los hornos siderúrgicos.
En este recorrido existen tramos con un excelente encachado de caliza y arenisca, que atestiguan un antiguo camino de algo más de un metro y medio de anchura, excelentemente adaptado al agreste terreno gracias a la creación de taludes de mampostería en las laderas.
Calzada de las Peñas
En esta calzada nos encontramos un cartel indicativo que nos llevaba hacia los Pozos de Noja y la Fresquera de Fiñumiga, la cual visitamos en otra ocasión y que se trata en una pequeña construcción en la que se almacenaba la nieve que period utilizada por los médicos de las fábricas de cañones para reducir las consecuencias de las quemaduras de los trabajadores.
Indicativo Pozos de Noja y Fresquera de Fiñumiga
Aquí nos empezamos a encontrar alguna de las muchas cabañas merachas que hay por la zona. Estas primeras estaban muy bien conservadas, aunque a medida que nos íbamos alejando del pueblo nos las encontrábamos en peores condiciones.
Cabaña Meracha
Esta palabra Meracha” es en realidad el gentilicio de los vecinos del ayuntamiento de Miera y de ahí viene el nombre de estas cabañas. También nos encontramos alguna cabaña que había sido remodelada y que tenía muy buena apariencia.
Cabaña remodelada
Estas últimas cabañas son las de la zona de Llarao, y en esta zona volvimos a coger el camino empedrado que se encontraba junto a otra de las muchas cabañas.
Camino junto a cabaña
Al poco rato de pasar por esta cabaña nos encontramos con una de las primeras dudas del recorrido, había una bifurcación en el camino empedrado y al remaining decidimos tirar por el sendero de la derecha y que además luego pudimos comprobar que era el correcto.
Camino de la derecha
Otra cabaña meracha
Esta es la zona de los cabañales de Los Hoyos y aquí nos encontramos una nueva construcción en la que además de la cabaña
Cabaña en Los Hoyos
había un bebedero esculpido en una gran roca, así como lo que parecía un aljibe para la recogida de agua.
Bebedero y aljibe
Dejamos esta cabaña a nuestra derecha y continuamos por el sendero en ascenso
Sendero en ascenso
Estábamos en la cercanía de Castroliva y nos encontramos una alambrada que cerraba el sendero y que tuvimos que saltar para poder continuar nuestro camino.
Pasando la alambrada
Una vez pasada la alambrada ya tuvimos una primera vista de lo que debía de ser el macizo de Las Enguinzas, en la que destacaba la zona kárstica típica de la zona.
Macizo de Las Enguinzas
Nos volvimos a encontrar el sendero que estaba perfectamente empedrado y que parecía embaldosado de grandes rocas calizas.
Siguiendo el camino empedrado en la zona de los Hoyos
A la hora de camino encontramos, a nuestra izquierda, el desvío que se dirigía hacia la fresquera nevera de Fuñimiga. Nosotros no cogimos este desvío sino que continuamos recto.
Desvío hacia Fuñimiga
Justo a la derecha de esta señal se encontraba uno de los primeros grandes hoyos que encontraríamos en el camino, se trataba del hoyo de Castrejón.
Hoyo Castrejón
Seguimos el camino de largo sin desviarnos y a penas a unos 200 metros llegamos al Collado de Castrejón, que es donde debemos desviarnos a nuestra izquierda, justo donde hay un poste con su parte superior roja.
Collado de Castrejón
Aquí hay que tener la precaución de no continuar descendiendo hacia el otro lado del collado, sino girar a nuestra izquierda por un sendero que se encuentra pegado a un muro.
Sendero junto a un muro de piedra
Al poco rato este sendero junto al muro se vuelve a convertir en una nueva calzada de grandes piedras.
De nuevo la calzada
Continuamos nuestro camino por la calzada hasta que esta se acabó y pudimos tener una primera vista de Peña Llen más conocida como Peña Cabarga, con Santander al fondo.
Peña Cabarga
Seguimos el camino, el cual period un pequeño sendero en el que habían desaparecido todas las marcas, ya que el PR-S73 sólo llegaba hasta el desvío a la fresquera de Fuñimiga, así que nos tuvimos que dejar llevar por el pequeño sendero que parecía que nos llevaba hacia un collado bajo Las Enguinzas y el monitor que nos habíamos descargado para el GPS.
Caminando por el sendero hacia el collado
Llegó un momento en el que el pequeño sendero prácticamente desapareció y nos decidimos a subir por una ladera cubierta de hierba alta, la cual hizo que nos calásemos las botas y los pantalones.
Ascenso por ladera cubierta de alta hierba
A mitad del ascenso decidimos desviarnos un poco hacia la derecha buscando lo que parecía lo alto del collado de Las Enguinzas.
Desviándonos hacia el collado
Ya en el Collado nos encontrábamos a los pies de Las Enguinzas y pudimos disfrutar de una magnífica vista de los montes que quedaban a nuestras espaldas, incluso se llegaba a ver el monte Buciero en Santoña.
Montes a nuestras espaldas
Si miramos en la dirección que llevábamos podíamos ver uno de los pozos de Noja, en concreto el más grande y que en su origen period el embalse para la compañía eléctrica Electra Pasiega” suministradora de energía eléctrica para Liérganes y pueblos de la comarca.
Vista de uno de los Pozos de Noja desde el collado
Aquí nos encontrabamos justo debajo de Las Enguinzas y tenemos varias posibilidades, aunque la que nos pareció más correcta fue coger el sendero hacia la izquierda que, yendo a media altura, rodea las Enguinzas para subir por el otro lado. Nada más empezar a caminar a media altura pudimos ver ya el segundo pozo de Noja.
Los pozos de Noja
Ya teníamos justo encima la cima de Las Enguinzas y lo único que teníamos que hacer es buscar el camino más cómodo para proceder a su ascenso.
Las Enguinzas
Dejamos un poco atrás la cima para buscar el camino más cómodo, ya que es una zona kárstica bastante complicada, para ello íbamos buscando los hitos que habían dejado otros montañeros.
Camino hacia la cima
Después de dos horas de camino ya llegamos a nuestro primer destino, la cima de Las Enguinzas (965 m.) en la que destacaban en primer lugar una cruz de acero y un punto geodésico que no se encontraba en muy buen estado.
Cruz y punto geodésico en la cima de las Enguinzas
También llamaba la atención un pequeño buzón que estaba constituido por una cabaña meracha de acero y en el que había una inscripción.
Buzón en la cumbre
Ya en la cumbre aprovechamos para hacer una fotografía panorámica en la que se podían ver todos los montes de los alrededores, Peña Cabarga, Buciero, Peña Rocías, Mortillano, Peña La Valle, Mosquitero, Peñas Gordas, Porracolina, y el resto de los montes, pero estos ya cubiertos de nubes.
Y como no, para hacernos un selfie, inmortalizar nuestro ascenso a la cima y dar un poco de envidia sana a nuestros amigos senderistas que no pudieron acompañarnos.
Selfie en la cima
Una vez tomado un pequeño refrigerio iniciamos el descenso hacia el sendero que habíamos abandonado para realizar el ascenso. El descenso era bastante complicado ya que la hierba cubría las piedras kársticas y dificultaban el descenso.
Bajado de las Enguinzas
Volvimos al sendero principal y continuamos por él, pudiendo ver algún otro posible ascenso a la cima, uno de ellos por una chimenea entre las rocas.
Otro ascenso a la cima
Continuamos caminando por la base de la pared de este macizo por el pequeño sendero.
Continuando por el sendero
Al seguir por este sendero giramos ligeramente hacia la izquierda hasta que nos encontramos de frente con La Peña de Los Lobos.
Al fondo La Peña de Los Lobos
Continuamos descendiendo por nuestra izquierda hasta dar al collado más abajo, dejando a nuestra derecha el sumidero del Cuevo. Una vez en el collado nos dirigimos hacia nuestra derecha en dirección hacia el siguiente gran hoyo.
Siguiente gran hoyo
Este hoyo lo dejamos a nuestra izquierda y lo fuimos bordeando por su parte superior por un sendero que se encontraba a la derecha del hoyo.
Bordeando el hoyo
Después de bordear el hoyo nos íbamos a adentrar en un pequeño hayedo que era atravesado por el sendero.
Entrando en el hayedo
Justo en la entrada nos encontramos un haya muy especial, ya que había nacido entre las rocas y tenía dos grandes ramificaciones. Se podía observar cómo las raíces estaban rompiendo la roca.
Haya entre las rocas
Continuamos caminando por lo que debía ser un sendero junto a un muro de piedra, pero que estaba totalmente cubierto por hierbas y zarzas, lo cual dificultaba el caminar.
Sendero junto al muro
Al poco rato, ya después de tres horas de caminata nos encontramos de nuevo unas cabañas, en la zona de Yago Ruyo. En la primera de ellas nos llamó la atención una pequeña portezuela de madera, la cual pensábamos que period de una fresquera.
Bebedero y fresquera”
Pero al ultimate no period una fresquera sino que se trataba de un aljibe para la recogida de agua y en la que había el típico caldero de zinc que se usaba para ordeñar a las vacas.
Aljibe con cubo de Zinc
Esta era la cabaña, en la cual se distinguía la zona ganadera de la zona vividora.
Entrada a cabaña
Pero ese period el aspecto exterior, el interior estaba totalmente destruido y sólo se distinguían algunas vigas y pilares de madera.
Inside de la cabaña
Enseguida nos encontramos una nueva marca del PR-S73, el cual habíamos vuelto a coger y que nos indicaba el camino al hoyo de Juntarnosa.
Indicador al Hoyo de Juntarnosa
Al poco volvimos a ver otra cabaña y continuamos por el sendero que había junto a a cabaña hasta que encontramos de nuevo un sendero empedrado.
Camino empedrado
En medio de este camino nos encontramos dos troncos que cortaban el camino y que no eran tales, sino una portilla
Portilla realizada con dos troncos
y a los pocos metros otra nueva portilla pero algo más sencilla. Tuvimos que atravesar ambos por los laterales ya que no se abrían fácilmente.
Segunda portilla
Ahora continuamos caminando siguiendo las marcas blancas-amarillas del PR-S73 en dirección del Hoyo de Juntarnosa, encontrándonos de nuevo con otras cabañas junto con su aljibe, aunque uno de ellos ya disponía de un grifo.
Otra cabaña
Siguiendo las marcas llegamos a un monte en el que se distinguía fácilmente un par de grandes muros de piedra y al fondo lo que parecía ser una cueva.
Caminando hacia el hoyo
Ya estábamos al borde del hoyo de Juntarnosa en el que se distinguía una cabaña en el fondo del hoyo así como una gran cavidad en la parte superior del hoyo.
Hoyo de Juntarnosa
Si seguíamos las marcas no podríamos llegar hasta la cueva, así que nos desviamos del camino, justo al lado de una alambrada que hacía de pastor para el ganado y nos dirigimos hacia una cabaña que se encontraba hacia la izquierda. De esa manera íbamos a media ladera en dirección a la cueva.
A media ladera hacia la cueva
En ese camino a media ladera nos llamó la atención unas rocas que parecían agujas de piedra que enfilaban hacia el cielo.
Agujas de rocas
Ya estábamos a los pies de la cueva de Juntarnosa, así que ya sólo nos quedaba iniciar el camino de ascenso a la cueva
La cueva en lo alto
y lo hicimos por un canchal de piedras.
Ascendiendo a la cueva
Fue un ascenso bastante durillo, pero al ultimate la subida mereció la pena, ya que no se trataba realmente de una cueva, ya que tenía entrada y salida por el otro lado, parecía una gran ventana a los dos valles.
Cueva de Juntarnosa
Pero lo que más llamaba la atención era una especie de refugio pure de piedras compactadas
Extraña construcción pure de piedra compactada
La vista period espectacular
Gran ventana a los dos valles
Volvimos a descender hasta el sendero que habíamos abandonado para ascender a la cueva y continuamos caminando a media ladera dirigiéndonos hacia el collado cercano.
Caminando hacia el collado
Al llegar al collado nos encontramos una alambrada que tuvimos que atravesar para ir al otro lado y poder descender hacia el pueblo de Irías.
Alambrada a atravesar
Desde el otro lado de la alambrada ya se distinguían los pueblos de Irías, Linto y Ajanedo y la carretera que se dirige hacia San Roque de Riomiera y Lunada.
Pueblos y carretera a Lunada
Aquí ya encontramos de nuevo los indicadores del PR-S73, e iniciamos el descenso hacia la carretera hasta que encontramos una señal que nos indicada el camino a La Cantolla.
Hacia La Cantolla
Ya estábamos en el pueblo de Udías y en vez de bajar a la carretera encontramos una pista cómoda a nuestra izquierda que se dirigía hacia La Cantolla.
Pista a La Cantolla
Ahí mismo cogimos esta pista que parecía que no period muy vieja y que se dirigía hacia este barrio de Miera.
Pista a La Cantolla
Después de caminar unos veinte minutos por esta pista llegamos al llamativo Resort París en el que pudimos ver las modificaciones que se han realizado en él desde la última vez que vinimos por esta zona.
Resort París
La entrada a esta casona period espectacular, parecía de película
Entrada al Resort París
Aquí ya cogimos la carretera que se dirigía hacia el barrio de La Cantolla, para después regresar por el camino del Carro que habíamos cogido para el ascenso.
Carretera a la Cantolla
Ya en el barrio de La Cantolla se tenía una espectacular vista del hotel París en lo alto de la roca.
Resort París sobre una roca
Ya en Mirones nos cambiamos el empapado calzado y nos fuimos a tomar un refresco a Liérganes, pero casi nos resulta imposible aparcar ya que se estaba celebrando la feria de los Valles Pasiegos, así que nos dirigimos al Balneario del pueblo donde nos tomamos una refrescante coca-cola.
Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Ruta en Google Earth
Distancia Total
Duración Whole
El recorrido lo hicimos en unas 5 horas con dos pequeñas paradas para tomar un refrigerio, en total unos 45 minutos de descanso.
Dificultad
La ruta de dificultad media, sobre todo por las pendientes y el terreno.
Desnivel
El desnivel es de aproximadamente 780 m. con un desnivel acumulado de 960 m.
Tipo de camino
Agua potable
Época recomendada
Se puede hacer en cualquier época del año, pero después de haber llovido tendría zonas resbaladizas y con nieve sería peligroso por las rocas.
Cartografía y Bibliografía
Monitor GPS
El sábado 26 de junio de 2010, aprovechando que teníamos la mañana libre, hicimos una ruta de senderismo cerca de Santander. Teníamos dos posibles rutas, una por la zona del Portillo de la Lunada a Porra de La Colina y otra desde Rubalcaba a los Pozos de Noja. En función del día que apareciese, ya que las previsiones del tiempo no eran muy buenas, elegiríamos una u otra. Al last como el día amaneció un poco nublado nos decantamos por la segunda ruta, ya que la primera al estar nublado tendría poca visibilidad y no se apreciaría bien el paisaje. A media mañana el tiempo mejoró y hubiésemos podido realizar también la primera ruta.
Nos juntamos sólo tres senderistas, ya que fue una ruta improvisada el día anterior mientras veíamos el partido de España contra Chile. Salimos a las 7:45 horas para aprovechar al máximo el tiempo, ya que teníamos que estar de regreso a casa hacia las 15:00 horas. La verdad que el tiempo no era muy bueno, pero parecía que no iba a llover, por lo menos mucho, y hay que arriesgarse un poco sino no saldríamos ningún día.
La ruta que hicimos es la PR-S25, que la verdad no se porque está marcada como un pequeño recorrido, ya que no vimos prácticamente ninguna marca, ni al inicio, ni al last ni en mitad del recorrido, menos mal que llevábamos metida la ruta en el GPS y un libro de rutas de Fernando Obregón, porque hubo un par de veces que no teníamos muy claro el camino a seguir.
Para descargar el monitor para GPS desde Wikiloc pinchar aqui : (hay que registrarse en Wikiloc)
La ruta de puede empezar desde el barrio de Buspombo, cerca de un palacio barroco del siglo XVIII desde el pueblo de Rubalcaba, la verdad es que da igual ya que es una ruta circular. Nosotros la iniciamos desde el centro de Rubalcaba, donde dejamos aparcado el coche, cerca de una antigua casona donde se puede ver la famosa Cruz de Rubalcaba, esquinal heráldico de dicha casona.
Casona en Rubalcaba
El punto donde aparcamos el coche y donde iniciamos la ruta está justamente enfrente de la ermita de Rubalcaba, situada a la orilla de la carretera que va desde Liérganes a San Roque.
Ermita de Rubalcaba
Frente a esta ermita sale una pista que sube hacia el sur, al poco de empezar el ascenso nos encontramos una bifurcación, tomando el camino de la derecha.
Bifurcación a la derecha
Continuamos ascendiendo por una pista asfaltada, la cual se encuentra llena de cabañas y prácticamente sin ningún tipo de vegetación arbórea, ya que según que nos informaron en otra ocasión, toda esta zona estaba cubierta de árboles, pero debido a las necesidades de madera de la Actual Fábrica de Cañones de Liérganes para fundir el metal, dejaron toda esta zona libre de todos los árboles.
Primera de las cabañas rehabilitadas
La pista sube haciendo numerosas vueltas para hacer más liviano el ascenso, el cual se inicia nada más comenzar a andar. Por este motivo al poco rato de iniciar la marcha ya vamos ganando en altura y en buenas vistas, destacando sobre todo las vistas de Peña Pelada, la cual podemos ver al este de nuestro camino.
Peña Pelada
Durante este ascenso nos encontramos algunas cabañas rehabilitadas, alguna de ellas parecía que estaba habitada y tenía unas plantaciones de coníferas alrededor. Al cabo de un rato nos encontramos un nuevo desvío, tomando el que va a mano derecha, ya que el que va hacia la izquierda va en descenso hacia La Quieva.
Desvío a mano derecha
En este desvío a mano derecha nos encontramos una de las varias plantaciones de eucaliptos que nos encontramos a lo largo de la ruta.
Plantación de eucaliptos
Después de un par de curvas, llegamos a La Pereda, donde termina la pista y hay numerosas cabañas con cubiertas de lastras.
Cabañas a final de la pista
Al comenzar a caminar por este sendero, este prácticamente desaparece, comenzando un ligero descenso y cruzando varios regatos y vuelve a ascender hacia el este por una ladera. Este sendero está bastante embarrado y sobre todo cuando ha llovido previamente.
Sendero después de las cabañas
Al cabo de un tiempo siguiendo este sendero llegamos a una cabaña junto a la que crecen varios fresnos y donde ya desaparece por completo cualquier tipo de sendero pista.
Cabaña con fresnos
En este punto al desaparecer el sendero, tuvimos que dirigirnos dirección oeste. Para ello tuvimos que saltar una alambrada y continuar ascendiendo hasta que encontramos un paso entre unas rocas y que parecía que se dirigía hacia nuestro objetivo, los Pozos de Noja. En esta zona también vimos un zorro que rápidamente al oírnos salió a cobijarse.
Paso entre rocas
Después de este paso entre este lapiaz de rocas ya no encontramos ningún tipo de sendero pero vimos como a lo alto se podía ver el mirador de los Pozos de Noja. Desde aquí también había unas vistas de Las Enguinzas, así como de una pequeña elevación con su parte superior formada por una gran piedra, la cual podría ser el Picón del Marmojo.
Enguinzas y posiblemente picón del Marmojo
Aquí había dos posibles rutas para llegar al mirador de los Pozos de Noja, uno que sigue por una vaguada, la cual es recorrida por un pequeño regato, esta ruta es menos pendiente que la que elegimos nosotros que period en ascenso a través de una zona cubierta con espinos. Al ultimate las dos rutas llevan al mismo punto, el mirador de los Pozos de Noja.
Los Pozos de Noja datan de principios del siglo XX y son, en realidad, dos pequeños embalses artificiales que aprovechan zonas de turbera, en donde se acumulaba tradicionalmente el agua de escorrentía y de deshielo. Presentan un sencillo dique de piedra de arenisca y argamasa en su extremo norte, que permitía embalsar el agua, y una pequeña compuerta que facilitaba la evacuación del líquido cuando el pozo estaba lleno. Con la pendiente pure, el agua canalizada descendía bruscamente hacia una pequeña estación de generación de electricidad situada en la base del monte, en donde el agua movía una sencilla turbina que arrastraba el generador que suministraba electricidad a Liérganes.
El pozo inferior es el más pequeño y desde él se puede tener una visión del pueblo de Liérganes.
Pozo de abajo y Liérganes al fondo
Desde el mirador de los pozos se tiene una buena visión de lo que es el Pozo superior y también el mayor de los dos.
Pozo superior
También desde este mirador se puede tener una maravillosa vista de Las Enguinzas, así como del collado que alcanzamos en otra anterior ruta de senderismo que hicimos por las Peñas del Miera, saliendo desde el barrio de La Cantolla hacia las Enguinzas.
Vistas de Las Enguinzas
Después de un ligero descanso continuamos nuestro camino de regreso hacia Rubalcaba, sólo que en vez de hacerlo por el mismo camino lo hicimos por otro haciendo así la ruta circular. Alrededor del pozo superior hay dos posibles caminos, uno que va hacia el norte y otro hacia el oeste. Nosotros cogimos la del oeste, aunque al ultimate los dos llevan al mismo sitio.
Camino hacia la derecha del Pozo superior
Al comenzar a caminar nos encontramos dos desvíos a mano izquierda, los cuales no cogemos y seguimos la pista principal, la cual es de grava y bastante cómoda.
Uno de los desvíos a mano izquierda que no cogemos
Por esta zona pudimos ver algunas cabañas típicas pasiegas con sus tejados de lascas de pizarra. En este caso pudimos ver algunas cabañas en la base de las Enguinzas.
Cabañas en base de las Enguinzas
Continuamos por esta cómoda pista hasta encontrar un desvío, el cual tomamos a mano derecha y que hacia la izquierda se dirige hacia el pueblo de Solana y Carcabal. Durante todo este tramo nos encontramos gran cantidad de pequeñas cabañas pasiegas.
Otras de las cabañas pasiegas
Desde este punto y mirando hacia atrás tenemos una vista de los montes de Porracolina, así como del Picón del Fraile, con su característica bola.
Porracolina al fondo
En esta pista nos encontramos un grupo de jinetes que estaban dando un paseo por estas pistas. También pudimos ver un grupo de caballos que estaban pastando libremente por estas praderías.
Manada da caballos
Al llegar a un mojón que se encuentra en la pista nos desviamos a mano derecha, saliéndonos de la pista principal y dirigiéndonos dirección hacia Liérganes. En este camino tuvimos dos vistas que nos llamaron la atención, la primera de ellas la vista del pueblo de Esles de Cayón en la que destacaba su iglesia.
Pueblo de Esles de Cayón
La otra vista es la de las colinas de Somo con unas terrazas que nos llamaron la atención y que no nos explicábamos su razón de ser, ya que es algo que se suele hacer para el cultivo, pero los pasiegos no son gente que se dediquen a la agricultura sino a la ganadería.
Monte con terrazas
Después de pasar por esta pista continuamos viendo cabañas que estaban cerca de la pista, la cual en algunos sitios estaba bastante incómoda ya que había grandes surcos realizados por el agua.
Agrupación de cabañas
Ya llegando prácticamente al pueblo de Liérganes pudimos ver la Línea eléctrica de alta tensión de Soto-Penagos, la cual se está montando actualmente después de 17 años de polémicas.
Línea de Alta tensión Soto-Penagos
Ya llegando al remaining nos encontramos una granja ganadera bastante grande así como un depósito de agua y otras cabañas.
Depósito de agua
Ya, viendo el pueblo de Liérganes, abandonamos la pista de grava y nos metimos por un pequeño sendero que dirigía a un estrecho callejón que estaba cubierto de un camino de piedra que estaba muy resbaladiza y que nos dirigía a la carretera basic que va de Liérganes a Rubalcaba. El último tramo lo hicimos por esa carretera general.
Tramo por la carretera common a San Roque
Una vez que acabamos nuestra ruta nos fuimos a comentar la ruta en el restaurante La juguetería en Liérganes mientras que degustábamos una ración de rabas y unos refrescos.
Para ver la imagen en Google Maps pinchar en la imagen:
Imagen en Google Maps
Curva altura-tiempo
Distancia Whole
Duración Whole
La ruta la hicimos en 5 horas, utilizando un cuarto de hora para descansar.
Dificultad
Media. La principal dificultad es la larga distancia, así como el continuo ascenso.
Desnivel
Tipo de camino
Hay todo tipo de tramos, se inicia por carretera, pista de grava y campo a través, siendo la mayor parte por pista.
Agua potable
No hay ningún sitio donde coger agua, ropa senderismo a no ser que se acceda a las cabañas.
Época recomendada
Hoja 59-I Sarón a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Observe GPS
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