sábado, 18 de diciembre de 2010
Ruta de los pozos termales de Ourense
En la ciudad de Ourense ocurre un caso cuando menos curioso: hay varios manantiales de aguas termales que podemos ver a lo largo del márgen derecho del río miño, junto a una bonita fuente que hay en el casco histórico: la fuente de ‘As Burgas’.
Estas aguas termales están entre 45ºC y 68ºC y es típico ver a la gente allí bañandose, ya que dicen que son buenas para la artritis, problemas de piel, eczemas, reuma y varias enfermedades relacionadas con los huesos y la piel.
El agua huele como a huevos podridos, pero es por su composición, que contiene sodio, potasio, bicarbonato, sílice, cloruros y fluoruros. Estas aguas, como es de entender, emanan procedentes de una fuente de calor intenso que hay en las entrañas de la tierra. Según se dice, de un volcán que estaría latente en la base de un monte cercano a Ourense: el Montealegre.
La ruta que nos lleva a recorrer los márgenes del Miño y descubrir los pozos termales es muy fácil de hacer a la par que divertida. Sus nueve kilómetros totalmente llanos y bien conservado hacen de esta ruta un paseo muy entretenido.
Distancia: 9 Km
Duración aproximada: 2 horas y media
Llegamos a la ciudad de Ourense muy intrigados por las pozas de aguas termales que habíamos visto por internet. Por eso era nuestra intención visitarlas y probarlas. Pero cuál no fué nuestra sorpresa cuando comprobamos que había una ruta para caminar y recorrer estas pozas. No teníamos programado andar ese día, puesto que habíamos ido a Ourense con otro propósito: navegar por los cañones del Sil en catamarán.
Pero, de casualidad, nos enteramos de esta ruta y decidimos hacerla así, sobre la marcha. Como no es una ruta larga y tampoco hay que subir a la montaña, no es necesario preparar nada especial y simplemente tomamos la precaución de ir un poco temprano para que no nos pillara el sol de lleno ni la previsible avalancha de gente que allí se concentra un soleado domingo del mes de mayo.
Comenzamos, pues, nuestro camino en el puente del milenio. Es una bonita construcción que destaca por la pasarela ondulada que se alza hasta un máximo de 22 metros sobre el propio puente y que nos da unas panorámicas preciosas sobre el río y la ciudad de Ourense.
Poco tardamos en llegar a los primeros pozos termales: las ‘pozas da chavasqueira‘. Aquí nos encontramos a una señora con la que charlamos un rato y nos cuenta cómo la gente de la ciudad visita las termas durante todo el año, independientemente del tiempo. Y qué madrugadores son en ir, puesto que nos cuenta que muchas veces puedes encontrar gente a las 6 de la mañana ya metidos en las pozas. Nosotros pasamos por allí cuando no eran todavía las nueve de la mañana y allí estaba la señora con su bañador y metida en el agua.
Tras la charla continuamos nuestro camino y nos entretenemos a veces mirando los patos que vuelan y nadan por el río con los circuitos de ejercicios que hay a la vera del camino. La mañana es soleada, pero estamos en el mes de mayo y por lo tanto aún hace fresco. La combinación del agradable paseo y hacer algo de ejercicio en la pista finlandesa que encontramos no nos deja quedarnos fríos.
El siguiente manantial con el que nos topamos no es una poza para bañarse, sino una fuente de aguas termales: la ‘fonte do tinteiro‘. Aquí viene la gente a recoger aguas termales para llevarse a su casa. Es una fuente que cuenta con una bomba de extracción del agua que hay que accionar con la mano. Y tiene un embudo dispuesto para recoger ese agua y embotellarlo.
Seguimos caminando y pasamos por un área recreativa muy bien conservada (como toda la ruta) que nos acerca a las siguientes pozas termales: las ‘pozas do muiño das veigas‘. Están construídas al lado de un molino y de ahí supongo que les viene su nombre. Aquí sí
paramos un buen rato y metemos un poco las piernas en el agua para ver qué se siente. Es una pena no haberlo sabido, porque si no nos habríamos traído el bañador y haríamos como la gente aquí: darnos un buen baño. Pero como seguro que volveremos, la próxima vez vendremos más preparados.
Tras haber probado las aguas termales al menos un poquito nos dirigimos hacia las últimas termas que hay en el márgen derecho del río: las ‘termas de outariz e burgas de canedo‘. Sin duda estas son las mejor conservadas del circuito y cuyo entorno está más cuidado. Justo aquí articulos de montaña debemos cruzar el río para volver por la otra orilla. Y lo hacemos por un puente metálico blanco que está lleno de candados que ponen las parejas como un símbolo de amor. Los hay de todos los tamaños y con inscripciones varias. Por supuesto, nos paramos a leer algunos.
Y como nos hemos parado en varias ocasiones para hacer fotos, mirar las termas mojarnos un poco en ellas, el tiempo se nos echa encima, ya que hemos quedado para coger un catamarán que nos dará un paseo por el río Miño, aguas arriba de donde estamos. Por lo tanto hemos de hacer la segunda parte del recorrido a paso ligero si queremos llegar a tiempo. Por eso apenas podemos ver de soslayo la única fuente de aguas termales que hay en el márgen izquierdo del río: la ‘fonte de reza‘.
Hemos disfrutado muchísimo de esta ruta. Y también le hemos sacado su partido al márgen de haber hecho un poco de ejercicio caminando. Porque nos gusta compaginar el hecho de caminar con más
alicientes. Hoy han sido las pozas y fuentes termales, aparte del descubrimiento de una bonita ciudad a la que volveremos seguro: Ourense.
Y para aquellas personas que no les guste caminar, también pueden hacer la ruta de las termas, puesto que hay un trenecito que recorre el circuito llevando a la gente más perezosa.
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