sábado, 12 de octubre de 2013
La subida al Miravalles desde el puerto de Ancares (1.669 m) es la alternativa más cómoda para subir a este pico. La alternativa más difícil es subir desde el pueblo de Balouta, situado a 1.a hundred metros de altitud, ya que se salva un desnivel muy superior.
Saliendo del Puerto de Ancares, y subiendo hacia el mirador en dirección NE, tomamos una senda que nos lleva por lo alto del cordal. Después de 30 minutos, dejamos la citada cuerda para avanzar a la derecha de una loma para acceder a la campa. Al fondo del valle divisamos el pueblo de Balouta, que conserva su estructura tradicional y sus típicas pallozas.
Al llegar a esta campa (1.771 m), se debe cruzar a la izquierda del cordal y comenzar un ligero descenso a media ladera evitando la cresta, así como unos resaltes rocosos en la pared. A la sombra de estos roquedos orientados al Norte se mantienen grandes neveros hasta entrado el verano y también crecen amplias zonas de arandaneras; a la vuelta nos pararemos un buen rato en este punto parare coger un buen puñado de arándanos.
Atravesamos un canchal producido por la erosión glaciar y continuamos en dirección Este, accediendo a una nueva planicie donde se incorpora, por la izquierda, el camino desbrozado y pendiente que sube desde Balouta. En este tramo tenemos que atravesar alguna zona dificultada por grandes rocas y algún paso aéreo. Estamos ahora a una altura de 1.756 m.
Nuestro itinerario por la alta montaña leonesa continúa por una línea de crestas con camino evidente hasta llegar a un cruce señalizado con flechas. Una de ellas indica que, subiendo a nuestra izquierda en dirección norte, ascendemos en aproximadamente 30 minutos a la cumbre principal de los Ancares en su vertiente leonesa. El último tramo es una corta pero fuerte ascensión en zigzag que lleva unos 20 minutos.
Y así llegamos a la cumbre del Miravalles, a 1.969 metros. En su cima hay un vértice geodésico de primer orden y el clásico buzón cimero donde los montañeros dejan sus tarjetas y notas como testimonio de la consecución de su cima.
En la cima nos encontramos con otros cuatro excursionistas y con un perro montañero que también disfruta del deporte de la montaña. Las vistas extraordinarias, como siempre en los Ancares.
Parte del publish de hoy se ha redactado tomando textos de la guía Rutas para caminar por Galicia, de Ediciones Nobel.
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El 31 de agosto despedimos la temporada estival -como no- en San Clodio de Ribas do Sil. A media tarde decidimos acercarnos hasta el túnel romano de Montefurado, en el vecino municipio de Quiroga, a 15 minutos de distancia en coche de la playa fluvial de San Clodio.
Como su propio nombre indica, Montefurado es un enorme túnel excavado por los romanos en el siglo II, en la época del emperador Trajano para desviar el cauce del río Sil y extraer el mineral de oro de sus aguas. Esta obra de ingeniería tiene unas dimensiones de 400 metros de largo por 19 de ancho y una altura media de 17 metros. Para la construcción de este túnel, los romanos se asentaron en el vecino pueblo de Sesmil, cuyo nombre probablemente proceda de “Seis Mil”, que period el número recurring de hombres de una legión romana.
Aún a día de hoy, el río Sil sigue desviado por las entrañas del túnel romano. Paralelo a él, se encuentra otro tunel de dimensiones menores que comunica a pie ambos lados del monte.
Como de costumbre, nos bañamos en este mágico lugar atravesando a nado el túnel romano, algo que ya se ha convertido en una tradición. A este tranquilo lugar es routine que acudan a darse un baño algunos vecinos de la zona, sobre todo gente joven que disfruta de los saltos que permite el río en las zonas en las que la construcción del tunel dejó una buena profundidad en su cauce.
Después de nuestro baño, visitamos el pueblo de Montefurado, en el que sobresale por sus grandes proporciones y su elegancia arquitectónica la Iglesia de San Miguel, con su piedra oxidada y su potente torre campanario.
Justo a la salida del pueblo reconocemos otro resto romano: unas pequeñas “médulas” rodeadas de viñedos, donde también los romanos extraían la riqueza aurífera del noroeste peninsular.
Montefurado es un pequeño lugar con mucho que ver y mucho que contar: su paisaje y su historia son dignas de un hueco entre los lugares de interés que comentamos en este weblog.
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Entramos en Guitiriz desde la A6. Antes de llegar a la plaza del pueblo torcemos a la izquierda siguiendo el indicador que nos lleva al área recreativa de los sete muiños.
Dejamos el coche aparcado en la esplanada que hay al ultimate de la carretera. El área recreativa de los sete muiños es otro de esos lugares de interior con un encanto especial para pasar una jornada de verano distinta. El área tiene cuartos de baño, vestuarios y duchas; tiene área de juego infantil, parque biosaludable y una espléndida piscina natural en la que se remansan las aguas del río Escádebas.
En este punto encontramos el primer cartel indicador que da comienzo a la Ruta da Auga e da Pedra. La ruta es un sencillo camino que recorre las márgenes del río Escádebas. Su dificultad es fácil, siendo apta para todas las edades. Su longitud aproximada es de 4,5 kilómetros y se puede recorrer a ritmo de paseo en una hora y media.
En el entorno del área recreativa ya vemos los primeros molinos. A seven hundred metros del comienzo de la ruta, pasamos por debajo del viaducto de la A6. A 1,3km encontramos un poste indicador, en el que seguiremos la senda que discurre paralale al río en direccion a la fuente del Escádebas.Aquí iremos encontrando otros molinos hasta llegar al último, situado junto a un puente en el que encontramos una señal de fin de ruta.
Algunos molinos se encuentran abiertos, y algunos conservan la maquinaria interior. En general, están bastante necesitados de limpieza y restauración.
Tras el último molino, retrocedemos hasta el poste indicador y cogemos el camino que sube a la aldea de Escádebas, que da nombre al rio. A la entrada, hay un panel explicativo sobre el origen del pueblo. La mayoría de las casas están abandonadas pero bien conservadas.
Para terminar la ruta, recorremos la carretera de acceso al pueblo, pasamos por encima de la A6, tomamos una pista a la izquierda y llegamos al punto de inicio de la ruta. Aquí aprovechamos para darnos un baño en la piscina fluvial del área recreativa, una buena manera de terminar esta ruta sencilla pero interesante para pasar una tarde.
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lunes, 12 de agosto de 2013
Hay que redescubrir los paisajes de interior, el encanto desconocido de la Galicia interior ropa senderismo Desde hace años, una de nuestros destinos veraniegos está en San Clodio, en el municipio de Ribas de Sil.
Ribas do Sil está situado al sur de la provincia de Lugo, en el límite con la provincia de Orense. Tiene una población de unos 1.100 habitantes, concentrados principalmente en su capital, San Clodio. Pertenece a la comarca de Quiroga, y se encuentra a medio camino entre la Sierra do Caurel y la Ribeira Sacra, por lo que es un magnífico punto de partida para realizar excursiones a cualquiera de estos dos parajes naturales.
Hoy nos centramos en la playa fluvial de San Clodio , a orillas del río Sil. Se trata de una de las playas fluviales mejor cuidadas y dotadas de Galicia. Desde que lo conocimos, somos verdaderos entusiastas de este lugar, por lo que es difícil resumir con brevedad sus virtudes. Lo que más llama la atención a un gallego del norte (acostumbrado a la inestabilidad meteorológica) es la estabilidad de su clima: el verano en San Clodio está garantizado por un clima mediterráneo en el que se suceden las jornadas de sol y buena temperatura. No hay sorpresas: en San Clodio hace buen tiempo.
Otro de los aspectos que dejará cautivado al visitante es la belleza de su paisaje. El valle de Quiroga y Ribas de Sil, surcado por los ríos Sil y Lor, se encuentra rodeado de montañas y bosques mixtos oceánico/mediterráneos en los que se mezcla el castaño, el roble, el cerezo… con la encina, el alcornoque y el olivo, produciéndose en estas tierras aceites de oliva de gran calidad. Por la singularidad de su paisaje, es un lugar que llama la atención.
Respecto a la playa fluvial , cuenta con todo lo necesario para pasar una gran jornada de baño, sol y ocio. Su extenso césped es cuidado y regado minuciosamente a diario para mantenerlo en óptimas condiciones. A nivel deportivo, cuenta con una cancha de fútbol-siete, canastas de baloncesto, mesas de ping pong, pink de voleybol y un completo parque biosaludable.
La playa cuenta también con duchas, mesas de pic-nic, barbacoas y un área de aparcamiento gratuito para autocaravanas. El acceso con coches está restringido en la zona central de la playa.
El acceso a la zona de baño se facilita por una rampa y un dique que remansa las aguas del Sil. Los más pequeños se bañan en la zona del dique, en donde el agua no alcanza más de medio metro de altura, los mayores pueden adentrarse sin peligro en el cauce y nadar hasta “la peña”. A pesar de su aparente bravura, en los meses de verano el río no suele cubrir más de metro y medio en el entorno de la playa fluvial, por lo que se hace pie en casi todos sus tramos.
Mención aparte merece la cafetería-restaurante de la playa, magníficamente atendida por gente joven y muy amable. Su terraza, al borde del río, tiene gran animación en las tardes y en las noches de verano, convirtiéndose en punto de reunión de todo el pueblo.
A quienes se acerquen a conocer el concello de Ribas de Sil les recomiendo también la visita a A Cubela: un aldea recóndita, semiabandonada pero restaurada, desde la que se divisa una de las más bellas panorámicas del cañón del Sil.
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domingo, four de agosto de 2013
El inside de Galicia cuenta con extraordinarios lugares en los que pasar una agradable jornada de verano fuera de la masificación de algunas playas cercanas a la ciudad. Uno de esos lugares es la playa fluvial situada en el municipio de Begonte,a orillas del río Ladra, en la provincia de Lugo. Se encuentra muy accesible, a tan solo 40 minutos de La Coruña por la A-6 y a 15 minutos de la ciudad de Lugo.
El área recreativa de esta playa fluvial es propiedad del Club Fluvial de Begonte, que las gestiona desde hace casi cuatro décadas. La entrada tiene un coste de 1,50€ para los no socios, precio que vale la pena pagar.
En su fundación, el Club Fluvial de Begonte llegó a contar con casi 2.000 socios, siendo un importante punto de referencia asociativo y de ocio en la provincia de Lugo. Hoy la despoblación del rural y la focalización del turismo hacia la costa hace que la afluencia a este rincón del río Ladra sea escasa, pero su encanto permanece.
La extensísima space recreativa se encuentra perfectamente cuidada por el Membership, contando con los servicios básicos para pasar una buena jornada: tumbonas en todo el recinto, un cómodo acceso al río, cancha de baloncesto y tenis, porterías de futbol-sala sobre cesped, zona de juegos infantiles, mesas de picnic, cuartos de baño… Este año, además, pudimos disfrutar de un paseo en piragua por el río gracias al servicio de alquiler proporcionado por la empresa “Multiaventura Non Estreses” , que ha suscrito un convenio de colaboración con el Club.
Todos los años, la dirección del Membership Fluvial Begonte solicita a la Xunta de Galicia un análisis de las aguas del río Ladra en la zona de baño. El resultado del análisis químico de las aguas se encuentra expuesto a la entrada del recinto, reflejando unos parámetros de calidad “excelentes”.
Poco más se puede decir, tan sólo solicitar un poco de apoyo de las instituciones públicas, y también de particulares, para contribuir a sostener un lugar que favorece el deporte y el contacto con la naturaleza para toda la familia.
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